Logo del Tricentenario: análisis conceptual
Érase una vez una palabra muy larga que presentaba serias dificultades para hacer con ella un logotipo eficaz: Centenerio. Por poner un sólo ejemplo, la frecuente convivencia de logotipos compartiendo la organización o el patrocinio de determinadas iniciativas, condenaría la palabra Centenario a aparecer demasiado pequeña en relación con las demás la mayoría de las veces. Pero, si añadimos a Centenario el prefijo Tri, el problema se agrava. De modo que lo primero que hay que resolver es la composición de la palabra clave.
Es evidente que la Biblioteca Nacional de España es una institución consagrada a los libros. De tal modo es así, que el proponer el lomo de un libro como forma simbólica de algo relacionado con la BNE, estamos trabajando con un elemento perfectamente bibliofílico. Pero si en lugar de un lomo tomamos dos, es evidente que la pareja reforzará la forma, al disponer de un mayor peso visual. Y si tomamos tres, entoces, además de aumentar considerablemente el peso visual, formaremos un trio. Como el centenario, que no es uni ni bi, sino tri.
Si presentamos los tres lomos con un rectángulo a su derecha, la construcción toma el aspecto de un libro abierto por la tapa. Y si lo que hacemos es componer otro rectángulo igual a su izquierda, estamos reproduciendo la imagen familiar e inconfundible de un libro abierto.
Con ello, se consigue una imagen muy interesante que insiste en la relación de trinomio que este específico Centenario induce:
- 3 centenares de años
- 3 lomos de libro que suman una superficie igual al rectángulo
- 1 contratapa + 1 conjunto de tres lomos + 1 tama =
- 3 piezas o formas del mismo tamaño entre si
Ahora se trata de confrontar esa forma genérica de cubierta de libro con el rectángulo corporativo que contiene la leyenda Biblioteca Nacional de España y el acróstico BNE.
Y comprobaremos que son exactos, de modo que el genérico de libro se adapta como un guante a las necesidades que se propone plantear este proyecto.
Ya tenemos, pues, la nueva imagen, con un libro cuya cubierta lleva por título Biblioteca Nacional de España BNE, con las dos tipografías corporativas. Tipografías corporativas que, con idénticos cuerpos, se usan para componer los tres lomos de la secuencia bibliofílica, en un redundante e impactante trio que resuelve limpiamente el problema original de la extremada longitud de la palabra Tricentenario.
