Soportes publicitarios

La Sección Ephemera cuenta con diversas colecciones que cumplen un papel como un efectivo reclamo publicitario de todo tipo de productos y establecimientos comerciales entre los que destacan: cromos, tarjetas y prospectos comerciales, paipáis publicitarios, calendarios de bolsillo y murales y etiquetas de hoteles.

1. Cromos

El cromo puede considerarse como un impreso en papel a menudo con un cierto relieve y de aspecto muy brillante, que reproduce toda clase de motivos: flores, animales, barcos, soldados, niños, mujeres, escenas domésticas y un largo etc. cuya principal función es divertir y servir de juego a la vez que inicia a los niños en el gusto por coleccionar estas pequeñas imágenes. A partir de mediados del siglo XIX comienzan a distribuirse entre los clientes de almacenes y establecimientos o aparecen acompañando diversos productos comerciales, especialmente chocolates y dulces. En un primer momento son troquelados pero más tarde serán rectangulares y van a contar una historia. El paso siguiente será la publicación de álbumes para poder coleccionarlos. Los fabricantes enseguida incorporan a las ilustraciones de estos cromos una intención didáctica y de divulgación de conocimientos. La BNE cuenta con una excelente representación de estos pequeños impresos de papel.

2. Tarjetas y prospectos comerciales

Las tarjetas de productos y establecimientos comerciales constituyen uno de los géneros más antiguos en el campo del pequeño impreso. Eran normalmente, además de un reclamo publicitario, un obsequio de la marca o del comerciante a sus clientes y "favorecedores" como premio a su fidelidad; algunas tarjetas regalan, además, una cantidad de un número de la Lotería Nacional o una entrada para una función de teatro. Son muchos los productos y comercios que utilizan esta forma de publicidad: alimentos, bebidas y productos textiles entre los primeros y almacenes, sastrerías, farmacias, perfumerías, librerías entre los segundos son algunos ejemplos.

Hay tarjetas troqueladas, otras tienen grabado en relieve y las hay que tienen partes móviles por medio de un sencillo mecanismo a base de pestañas y remaches. Se caracterizan por la utilización de la cromolitografía en sus vistosas ilustraciones sobre las que aparece impresa la publicidad. Los prospectos pueden tener varias páginas y a veces, contienen narraciones, cuentos o historietas alusivas al producto o comercio.

En 1994 la BNE adquiere una importante colección de más de mil quinientas de tarjetas comerciales de las que mil doscientas son de productos farmacéuticos. En los años 40, 50 y 60 del siglo XX los laboratorios farmacéuticos utilizaban el correo para enviar su publicidad a los profesionales de la medicina. La información llegaba en forma de tarjeta comercial con las propiedades del medicamento, las formas de presentación y las indicaciones para su administración.

3. Paipáis publicitarios

Los abanicos y los paipáis han ido evolucionando a lo largo del tiempo. Una de sus transformaciones más importantes tiene lugar a principios del siglo XX cuando la publicidad comercial se apropia de ellos para convertirles en soporte de sus mensajes. El nuevo papel que asume el paipái como portador del lenguaje publicitario constituye un cambio sustancial respecto al significado tradicional de objeto: pasa del ser el mensajero de galanterías a convertirse en el mensajero de invitaciones al consumo destinadas a un número cada vez mayor de usuarios. En Ephemera la colección de ciento setenta paipáis publicitarios están ilustrados con vistosos colores y una gran variedad iconográfica, desde retratos de reconocidas actrices americanas de los años 40 y 50 del siglo XX o los rostros femeninos dibujados por Gaspar Camps hasta divertidas escenas de juegos infantiles o escenas de toros del ilustrador César Ruano Llopis.

4. Calendarios de bolsillo

Los comerciantes y fabricantes de productos encargaban cada año curiosos calendarios de bolsillo sobre los que mandaban imprimir su publicidad con el fin de obsequiar a sus clientes. Esta práctica comienza en las últimas décadas del siglo XIX y se prolonga hasta la actualidad. La BNE cuenta con una pequeña representación de almanaques de bolsillo con publicidad de farmacias, relojerías, papelerías, jugueterías, etc. pero destaca un álbum muestrario que recoge cerca de ciento cincuenta almanaques impresos por una casa de Barcelona elaborado en las primeras décadas del siglo XX.

 

5. Calendarios murales

Los calendarios murales son pequeños carteles ilustrados en cuya parte inferior se prendían las hojas del calendario en curso. Los comerciantes hacían imprimir el nombre de sus productos o de sus comercios y colgados en algún lugar de estos se convertían, a un tiempo, en objeto decorativo y vehículo publicitario. El reclamo publicitario que suponían las figuras de niños y escenas de juegos infantiles o unas atractivas figuras femeninas fue bien aprovechado por comerciantes y fabricantes que no dudaron en utilizarlas tanto para productos dedicados a un público infantil como para los de adultos.

 

6. Etiquetas de hoteles

La colección de etiquetas de hoteles forma parte de la colección Ephemera de la Biblioteca Nacional con una importante representación en cuanto a volumen y calidad de sus obras. Estas etiquetas son fragmentos fascinantes de la historia de los hoteles en la edad dorada del viajero desde 1900 hasta 1960. Durante estos años las etiquetas fueron usadas por los hoteles como publicidad y aplicadas sobre baúles, maletas y todo tipo de equipaje por el personal del hotel, principalmente los botones y por los propios viajeros. Destaca la variedad que presentan las etiquetas de la colección en cuanto a los diferentes tipos de establecimientos hoteleros, desde los hoteles más lujosos de las principales capitales hasta los más modestos. Hay que mencionar también la diversidad geográfica de la colección, que incluye etiquetas de hoteles de todo el mundo.