De Clifford a Kâulak y de Juliá a Calvache: un paseo fotográfico guiado (I)
Mapa de paradas en el itinerario
Cuando en las XX Jornadas Imatge i Recerca, M. Santos Felguera presentó: “Anem a cal fotògraf..Una ruta por los estudios de retrato de Barcelona”, trabajo realizado en colaboración con Nuria F. Rius, nos pareció una iniciativa muy interesante con grandes posibilidades de ser adaptada a otras ciudades, en nuestro caso a Madrid.
Elegimos para nuestro paseo la zona en la que durante más de 150 años se han concentrado gran parte de los establecimientos fotográficos madrileños, con un foco claro: la Puerta del Sol, cuyos haces de luz se propagaron por la calle de Alcalá y carrera de San Jerónimo hasta reflejarse en la calle del Príncipe.
Salimos a estas calles en busca de rastros de aquellos establecimientos que habían retratado a tantos y tantos rostros, algunos de ellos famosos, otros, la gran mayoría, de gente corriente. En estas pesquisas constatamos algo que ya intuíamos con antelación, solo quedaban algunos discretos signos que atestiguaban que en ese edificio, en algún momento de su historia hubo un establecimiento fotográfico. Esta ausencia de indicios que testimoniaran un pasado fotográfico, afectaba por igual a todo tipo de negocios fotográficos, independientemente de que hubieran sido prestigiosos artistas o aplicados retratistas con oficio.
Nuestra situación era comparable a la de los arqueólogos que inician una excavación, sabíamos por la documentación consultada que en alguna capa estratigráfica de la ciudad se había desarrollado una próspera industria relacionada con la fotografía, sin embargo, de todo aquello apenas quedaban restos. Tan solo vitrinas a las puertas de algunos edificios aprovechadas para exhibir productos que nada tenían que ver con aquellos retratos usados como reclamos.
Nuestras primeras indagaciones a la búsqueda de signos de vida fotográfica en Madrid partieron de dos líneas de trabajo, una, encontrar fotografías identificadas de autores localizados en nuestro itinerario y la otra, localizar información textual que permitiera elaborar una hipótesis sobre la trayectoria de estos estudios.
Para recrear la actividad de estos fotógrafos contábamos con una ayuda inestimable, la valiosa documentación fotográfica reunida durante casi 175 años por la Biblioteca Nacional de España. Allí encontramos pruebas fehacientes de muchos de esos estudios desaparecidos y de los fotógrafos que los regentaron. Pasado reciente y sin embargo mudo.
Una vez que ya contábamos con evidencias de la existencia de la febril actividad fotográfica en esa céntrica zona de la ciudad de Madrid, habíamos resuelto gran parte del reto, pero aún nos faltaba otro aspecto no menos importante, ¿Cómo reconstruir este ambiente deambulando por calles sin rastros de esta historia? Imagínense el desafío: guiar una visita por un museo donde las salas están vacías.
Una vez reunida la documentación, comprobamos que la cifra de fotógrafos o negocios relacionados con la fotografía era tan alta que hubiera sido abrumador para un paseo de estas características dedicar atención a todos ellos, así que nos vimos obligadas a la ingrata tarea de la selección. El resultado de este proceso selectivo es el itinerario por donde transcurre la ruta que describiremos más tarde.
Para construir una narración sugerente que trasladase a nuestro público a aquellos tiempos de placas de vidrio y de fogonazos de magnesio, confeccionamos unos álbumes en papel que nos sirvieran de apoyo visual en nuestras explicaciones sobre la historia, las características de los gabinetes, el ambiente en que estaban inmersos y las distintas especialidades que caracterizaban a cada uno.
Las imágenes recogidas en nuestros particulares álbumes reflejan los interiores de algunos gabinetes, retratos (hechos en ese estudio o por ese fotógrafo), vistas de ciudades, de obras públicas, traseras de fotografías que contribuyen a construir la historia de la localización de sus autores, así como anuncios publicitarios y artículos ilustrados con fotografías aparecidos en la prensa de la época. La suma de todos estos elementos nos ha permitido reconstruir parcialmente las fotografías realizadas en algunos de estos estudios desaparecidos.
Este proyecto no hubiera podido materializarse de no existir dos potentes herramientas de difusión digital de la información, ya que para la elaboración de la parte gráfica hemos utilizado fotografías custodiadas por la BNE, muchas de ellas accesibles a través de la Biblioteca Digital Hispánica , además, las noticias de prensa han sido extraídas de la Hemeroteca Digital , ambos servicios accesibles a través de la página web de la Biblioteca Nacional de España.
Parada 1 (elaborada por Belén Palacios) :
Carretas esquina con Puerta del Sol: “El Daguerrotipo inglés”
Partimos de la calle Carretas esquina a la Puerta del Sol, lugar donde estuvo emplazado, entre otros domicilios, el establecimiento fotográfico de los señores Clifford conocido como “El daguerrotipo inglés”.
Charles Clifford (Gales del Sur 1819- Madrid 1863) fue un destacado representante de la fotografía temprana, era, además de daguerrotipista, aeronauta. Faceta esta última no carente de interés, pues, como apuntan Lee Fontanella y Gerardo F. Kurtz, es probable que realizara fotografías desde un globo aerostático antes que Nadar, quien es considerado unánimemente como el primer fotógrafo que realizó una fotografía aérea.
Figura decisiva para la historia visual de España, fue fotógrafo de la reina Victoria de Inglaterra, se desconoce cuando y porqué llegó a España. Las primeras noticias lo sitúan en nuestro país en 1851, año en el que encontramos noticias de su actividad como aeronauta, también por esas fechas aparece publicado en el diario del partido liberal, “El Clamor Público” el anuncio de que los señores de Clifford abren su establecimiento llamado “El daguerrotipo inglés”, en la Puerta del Sol, nº11.
Clifford desarrolló su actividad como fotógrafo durante el reinado de Isabel II. En aquellos años España viajaba hacia la modernización a la velocidad del recién construido ferrocarril, las fotografías de Clifford registran parte de las grandes transformaciones operadas en este país: reforma de la Puerta del Sol (Madrid), construcción de puentes ferroviarios, las obras del Canal de Isabel II (Madrid) o la restauración del puente de Alcántara (Cáceres), todas estas obras públicas constituyeron en su día un verdadero hito en el campo de la ingeniería.
Entre sus trabajos cabe destacar una serie de cuidados álbumes, crónica ilustrada de viajes de la reina Isabel II a distintas provincias de la geografía española. Si bien Clifford no acompañó a la reina durante sus desplazamientos, sí registró en sus fotografías las ciudades engalanadas, preparadas para recibir al cortejo real. Ya entonces los monarcas eran conscientes de la repercusión de la imagen, más aún si esta era ”tan objetiva” como una fotografía.
Sin embargo Clifford no solo difundió la imagen oficial de un país en plena transformación, también registró vistas y monumentos como puede extraerse de la noticia publicada en 1856 en “La Lumière”, revista francesa especializada en fotografía, donde puede leerse que entre 1851 y 1856, Clifford ya había realizado más de 400 vistas de España.
Charles Clifford, fotógrafo de época temprana, estuvo al tanto de las innovaciones técnicas en los procesos fotográficos gracias a los viajes que realizó a París o Londres. Se inició como daguerrotipista, más tarde cambió los negativos en papel por los de placa de vidrio, a continuación utilizó copias positivas en papel a la sal con una ligera capa de albúmina realizadas desde negativos de placa de vidrio. Fue, como la gran mayoría de los fotógrafos pioneros, un profundo conocedor de la química que permite fijar y multiplicar las imágenes registradas por la cámara. Tras su muerte, acaecida cuando contaba 44 años, su mujer Jane continuó con el negocio hasta por lo menos 1865, fecha en la que deja de aparecer anunciada en anuarios comerciales.
Belén Palacios Amparo Beguer