Tras la muerte de su padre emigró a la Argentina (1888). Conoció todas las penalidades del emigrante y desempeñó todo tipo de trabajos: fue criado, pastor, dependiente de pulpería, temporero, gaucho, peón de estación, albañil, fundidor, despachante de aduana… A mediados de 1890 se trasladó a Buenos Aires.
Sus primeros trabajos literarios (1891) son colaboraciones en Laurak-bat, la revista de la Sociedad Vasco-Española de Buenos Aires.
Prolífico articulista
A finales de 1893 funda junto a José Ramón Uriarte, La Vasconia, revista que dirigió hasta 1901 y en la que publicó numerosos artículos, la mayoría de ellos con el pseudónimo Luis de Jaizquibel. En ella colaboraron grandes escritores, como Miguel de Unamuno, Emilia Pardo Bazán, Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, El Padre Luis Coloma o Rubén Darío. También escribe en la revista Caras y Caretas y en diversos periódicos, como El Tiempo, Buenos Aires o El País.
Vuelto a España, como corresponsal de La Prensa publica numerosos artículos en este periódico bonaerense desde 1904 hasta su muerte. También escribe en periódicos españoles como El Sol y El Imparcial de Madrid y El Pueblo Vasco y Euskal Erria de San Sebastián entre otros. Instalado inicialmente en Madrid, pronto se trasladó a San Sebastián, de cuya Asociación de la Prensa fue presidente.
Además de su extensa producción periodística, entre sus obras cabe destacar sus dos novelas, Teodoro Foronda (1896) y La Maldonada (costumbres criollas) (1898), su famoso ensayo Vivos, tilingos y locos lindos (1901), Crónicas de Marianela (1917), Una gran potencia en esbozo: Origen del progreso argentino (1928) y Los inmigrantes prósperos (1933). También dejó dos obras de teatro inéditas, El avión y El ojeo.
Es considerado uno de los grandes desconocidos de la Generación del 98. Murió en San Sebastián el 1 de junio de 1936.
(Servicio de Información Bibliográfica)