Las cartas de un intelectual adicto al género epistolar

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Las cartas de un intelectual adicto al género epistolar
El primer tomo del epistolario de Unamuno se presentó ayer en la BNE
14 de Febrero de 2018

El Salón de Actos de la BNE acogió ayer la presentación del primer fruto de la ingente labor de investigación emprendida hace años por Jean-Claude y Colette Rabaté. Los hispanistas franceses han logrado recopilar cerca de 3.000 cartas escritas por Miguel de Unamuno, de las cuales 303 se han reunido en este volumen inicial que cubre el período de 1881 a 1899 y que se completará con otros siete. 

El evento contó con la intervención de los editores y de otros tres expertos (María José Rucio, José Carlos Mainer y Mariano Esteban de Vega), que elogiaron su ‘‘olfato investigador’’, su arduo trabajo de transcripción y el rigor de una obra ‘‘bella y útil’’ que llega en un ‘‘momento oportuno’’, coincidiendo con el 8º centenario de la Universidad de Salamanca. 

Según los ponentes, las cartas pueden considerarse casi un ensayo de autobiografía de un intelectual ‘‘singular y excepcional’’ para el que la comunicación escrita constituía una ‘‘función vital’’ y que no escribía nada, ‘‘ni en la más absoluta intimidad’’, que no pudiese ver la luz. En ellas se encuentra retratado tanto el adolescente que mantiene un ‘‘noviazgo epistolar de doce años’’ con su futura mujer Concha como el ‘‘padre de familia atento a su esposa y a sus hijos’’ o el hombre que se está definiendo y, a la vez, busca un hueco en la vida pública española. Unamuno habla de educación, de regionalismo, de la crisis política del 98, pero también de sus creencias religiosas, de su a veces precaria situación económica y de sus fuertes vínculos con Cataluña, llegando a plantearse solicitar allí una plaza.  

Todos coincidieron en calificar el epistolario de Unamuno como ‘‘el más rico y abundante de la literatura española’’, quizás junto con el de Juan Valera. Jean-Claude Rabaté no quiso dejar de reconocer la valiosa aportación de Manuel García Blanco, que llegó a reunir cerca de 1.000 cartas en los años sesenta, pero no pudo acabar su trabajo debido a su fallecimiento. Por su parte, Colette Rabaté recordó que las misivas permiten tener presente que ‘‘detrás del intelectual hay un hombre al que se puede descubrir’’ a través de ellas, desterrando tópicos sobre su figura. 

María José Rucio, Jefa del Servicio de Manuscritos e Incunables de la BNE, aprovechó la ocasión para poner en valor ‘‘el Unamuno que habita en la colección de la Biblioteca’’, recordando que en 2015 se organizó una exposición titulada ‘‘Yo, Unamuno’’ precisamente como guiño a una carta dirigida a Francisco Fernández Villegas. Estos valiosos fondos se pueden consultar en la Biblioteca Digital Hispánica. 

 
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