Fondos musicales

Esta colección tiene su origen en el conjunto de fondos particulares de profesionales de la música del siglo XIX. Con su investigación se puede apreciar la evolución de las modas y los géneros musicales; mientras en el siglo XIX están muy representados los autores líricos y la música de salón, en el siglo XX hay un despliegue de géneros y tendencias, desde las más nacionalistas hasta la vanguardia. También se pueden seguir los procesos creativos de los compositores, los primeros apuntes e ideas de una obra, el borrador, el manuscrito autógrafo, grabaciones sonoras y audiovisuales de sus conciertos, de sus improvisaciones ensayos y entrevistas, las primeras ediciones con anotaciones propias y, lo que no es menos importante, con la consulta de los papeles personales, podemos saber del contexto vital y profesional en que se han movido y cómo se han desarrollado sus carreras.

Se compone de documentación generada por compositores (Emilio Arrieta, Federico Chueca, Tomás Bretón, Ruperto Chapí, Julián Bautista, etc.), que reunieron intérpretes (José Mardones, Conchita Supervía), musicólogos (José Subirá), aficionados de mayor o menor rango (las bibliotecas musicales de la reina María Cristina, del infante Francisco de Paula de Borbón y la del profesor de música de la casa real Juan María Guelbenzu), y todo tipo de entidades que tuvieron algún protagonismo en la producción, difusión o recepción de la música en España, como el Archivo de Folklore de la Sección Femenina o el archivo administrativo del editor de música Ildefonso Alier.

Existe una variada tipología de materiales en este tipo de colecciones, pero suele ser común a cualquier disciplina -artística o científica-, la correspondencia, los recortes de prensa, las fotografías, grabaciones sonoras en diferentes soportes, magnéticos y digitales, videograbaciones, la documentación personal y profesional, los apuntes, etc. La actividad musical genera, además, otros materiales, y así, entre los papeles de un compositor encontraremos desde los primeros apuntes y esbozos de una creación musical, hasta la obra ya impresa, pasando por borradores, partituras autógrafas y la grabación de sus improvisaciones y ensayos.

Junto a estos fondos históricos, se atesoran los fondos de compositores contemporáneos donados por ellos mismos, Jesús Villa-Rojo, José Luis de Delás, Marisa Manchado, Encarnación López de Arenosa, Gerardo Gombau, José Luis Greco, Antonio Iglesias, entre otros, que enriquecen la colección con sus partituras autógrafas, grabaciones, borradores y escritos diversos, junto a -en muchos casos- programas de mano, un instrumento fundamental para el estudio de la música contemporánea.