Prometedor pintor modernista en su juventud, lo que le llevó a participar en varias exposiciones nacionales, no tardó en inclinarse por la ilustración, mucho más rentable en términos económicos. Así, en 1898 inició su colaboración con Madrid Cómico, puntera revista de humor dirigida por Sinesio Delgado. Pronto su firma se hizo habitual en diversas revistas de Madrid y Barcelona, como Nuevo Mundo, Monos y Hojas Sueltas. En 1902 invirtió personalmente en la publicación de postales en las que retrataba a músicos y temas de actualidad. Más tarde también probaría suerte en la publicidad.
De profundas convicciones religiosas, sin embargo trabajaría en multitud de revistas eróticas, muy populares en las primeras décadas del siglo XX, entre las que destacaban cabeceras como Mundo Galante o La Saeta. A lo largo de su carrera utilizó diferentes seudónimos, como Juan Gualberto o Equis. Hacia 1915 se instaló en Barcelona, donde había una pujante industria editorial. Allí ilustró numerosos folletines, como La espía vienesa, y publicaciones de todos los géneros, alcanzando una productividad desbordante y un prestigio creciente.
Público infantil
Aunque ya previamente había realizado algunas creaciones dirigidas al público infantil, fue a partir de 1916 cuando se centró más en estos lectores, convirtiéndose en habitual de revistas como Domiguín o Charlotín. Fue entonces cuando retomó su relación con el escritor humorista Joaquín Arques y Escriña, con quien en 1917 creó la revista TBO, que se convertiría un éxito instantáneo.
En 1919 conoció a Juan Bruguera Teixidó, quien en poco tiempo construyó una importantísima empresa de publicaciones a partir de la editorial El Gato Negro. Las revistas creadas por el editor e ilustradas por el dibujante (que también escribió algunos textos) eran de todo tipo, incluyendo cabeceras dedicadas a toreros o bandidos y otras sicalípticas o de chistes sobre baturros, un género muy popular en la época. Entre las revistas humorísticas, destacó Pulgarcito, gran rival de TBO y para la que igualmente trabajó.
Además de su prolífica colaboración con las distintas revistas de El Gato Negro, también tuvo tiempo para otros proyectos, como la publicación de su propia revista Polichinela (1921), o la comercialización de colecciones de cromos. Emprendedor y avanzado a su época, fue de los primeros dibujantes españoles en incluir bocadillos de diálogo en sus viñetas. Siempre se caracterizó por un estilo sencillo y por su gran capacidad para la narración visual, lo que le convierte en nombre fundacional del tebeo nacional. Fallecido en 1938, la artística saga a la que pertenecía, y que incluía a su hermana Elvira, pianista y compositora, y a su hermano José, fotógrafo profesional, se prolongó con sus hijos Ernesto, escrito, y Amadeo, dibujante y periodista.
(Servicio de Información Bibliográfica)