Inicios en el periodismo
En 1890 se casa con el periodista y escritor Josep Maria de Lasarte i de Janer. La pareja se integró en los ambientes del catalanismo cultural, entorno en el que Carme Karr iniciará su carrera como periodista colaborando en revistas como L’Avenç o Joventut. Participar en estas publicaciones culturales le permitió entrar en contacto con nuevos estilos e ideas, tales como el Modernismo o las nuevas reivindicaciones feministas.
Su actividad periodística fue amplia a lo largo de toda su vida, escribiendo artículos para una gran variedad de revistas y prensa (Gent Nova, Diario de Barcelona, Las Provincias, La Veu de Catalunya, Or y grana, etc.). La autora no siempre firmó con su nombre, sino que empleó diversos pseudónimos: una liceísta, Joana Romeu, C. K., L’Escardot o Xenia, nombre de pluma con el que entabló una polémica sobre el papel de la mujer en la sociedad con el Xènius de La Veu de Catalunya, Eugenio d’Ors.
Algunos de sus primeros artículos se centraron en la crítica musical, un tema que le interesaba particularmente debido a su experiencia como compositora de algunas piezas. En 1907 publica Flors d’escardot, obra en la que musicaliza algunos poemas, en su mayoría compuestos por Apeles Mestres. La cubierta, de estilo modernista, representa unas flores de cardo dibujadas por el propio Mestres. El dibujo no solo pretende ilustrar el título de la obra, sino hacer también un guiño a la similitud fonética del apellido Karr y card (‘cardo’). Por este motivo, la autora adopta como uno de sus pseudónimos L’Escardot, otro término que hace referencia al cardo.
Revista Feminal
No obstante, su proyecto de mayor éxito fue la publicación y dirección de la revista Feminal. Este suplemento mensual del periódico La Ilustració catalana, publicado por primera vez en abril de 1907, surge como un espacio de reivindicación de la cultura catalana y de los derechos de la mujer. Además, Carme Karr invitaba a participar a todas las mujeres de cualquier ámbito intelectual, artístico o laboral que lo deseasen. Un ejemplo de ello es el apartado musical que solía incluir la revista, donde se publicaron partituras de compositoras como Narcisa Freixas. La revista se editaba con una presentación muy cuidada en papel cuché, adornada con grabados modernistas y acompañada por una gran cantidad de fotografías, detalle llamativo en la época por la relativa novedad y su elevado coste.
La importancia dada por Carme Karr a la cultura de las mujeres se aborda en Feminal desde distintas perspectivas. Entre ellas, destaca la necesidad de reformar el modelo educativo de las mujeres para evitar una ignorancia que las esclaviza. Algunos argumentos son de carácter conservador, enfocando la instrucción hacia el matrimonio y la crianza de los hijos, si bien no deja de promover una mejor formación que permita la inserción laboral femenina en más ámbitos. Asimismo, denuncia las malas condiciones laborales y la brecha salarial que sufren los oficios considerados como femeninos. Por otra parte, considera que el aumento de la educación y la cultura es un factor esencial para que las mujeres no solo puedan ejercer su derecho a voto, sino que lo hagan de forma útil.
Su preocupación por el sufragio y la cultura femenina fue más allá de su labor periodística. En abril 1910, imparte un ciclo de conferencias sobre estas materias en el Ateneu Barcelonés, institución a la que regresará en 1916 para dar una nueva serie de conferencias sobre educación femenina. Además, funda en 1913 la residencia femenina La Llar para jóvenes estudiantes y profesoras. Respecto a su reivindicación del voto femenino, participó activamente en la asociación feminista Acció Femenina y firmó un manifiesto reclamando este derecho al presidente Francesc Macià en 1931, año en el que, finalmente, fue reconocido oficialmente el sufragio femenino en España. En 1929, fecha de celebración de la Exposición Universal de Barcelona, Carme Karr fue la encargada de dirigir el Pabellón de la Mujer.
Faceta literaria
En cuanto a su faceta más literaria, la autora desarrolló varios géneros: narrativa breve, con obras como Bolves (1906) o Clixés (1906), novela, teatro (Els Ídols: quadre en un acte y en prosa, 1911), ensayo y narrativa infantil (Cuentos a mis nietos, 1932). Asimismo, cabe destacar que fue la primera mujer en presidir los Jocs Florals de Badalona en el año 1910.
La Guerra Civil y la consiguiente represión bajo el régimen franquista tuvieron un impacto profundo en ella. Este contexto la empujará a distanciarse de la actividad social, donde una intelectual feminista, defensora de la lengua catalana y del pacifismo, ya no tiene cabida. Carme Karr fallece en Barcelona el 23 de diciembre de 1943, acontecimiento que la prensa del momento ni siquiera consideró reseñable. Habría de pasar medio siglo de su muerte hasta la recuperación y reivindicación de su obra, así como de su labor profesional como periodista y valedora de la educación y el sufragio femenino.
(Servicio de Información Bibliográfica)