En 1908 la Diputación de Barcelona le concede una beca de tres años en Alemania para el estudio de filología románica, estancia que le permite, entre otras cosas, presentar en 1912 la tesis de doctorado en Filosofía y Letras, redactada en alemán, sobre el dialecto hablado en Alicante. En 1911 prolonga su beca en París en el Laboratorio de Fonética Experimental del Collège de France.

En 1913, ya en España, pasa a formar parte del Institut d’Estudis Catalans, donde se ocupa del Diccionario General de Lengua Catalana y de la publicación del Boletín de Dialectología Catalana (1913-1916). El Instituto le envía en 1914 a Alemania como representante al I Congreso Internacional de Fonética Experimental y a París para trabajar de nuevo en los laboratorios de fonética. Redacta entonces la Memoria sobre la creación de un Laboratorio de Fonética Experimental, la cual es aprobada por el Instituto. Dirige desde el mismo centro la revista Estudios fonéticos (1916). En ese mismo año fija su residencia en Barcelona y se casa con Francesca Cuchí I Altimir.

Al no contar el Institut d’Estudis Catalans con las suficientes subvenciones ni apoyos para desarrollar el laboratorio de fonética deseado por Barnils, este empieza a distanciarse de la institución dando, al mismo tiempo, clases en una escuela de sordomudos y realizando artículos para la editorial Espasa. En 1918, desligado ya del Institut d’Estudis Catalans y habiendo obtenido en su momento la cátedra de Lengua Catalana en la Escuela Normal de Maestros de Barcelona, es nombrado director de la Escuela Municipal de Sordomudos de Barcelona, donde aplica sus ideas sobre la fonética y la logopedia; crea la revista del centro La Palabra (1918-1921); procura a los docentes del centro formación en lingüística y en fonética experimental y crea el Laboratorio Anexo de Estudios e Investigaciones. Abre en su propia casa una consulta particular que denomina el “Laboratorio de la Palabra”, que compagina con la dirección de la Escuela y cuyo enfoque es, en un principio, formar a médicos y pedagogos en sus métodos de enseñanza aprovechando también sus propios materiales.

La dictadura de Primo de Rivera dificulta enormemente la labor en la Escuela de Sordomudos al prohibir el uso del catalán y modificarse las normativas en la práctica de la enseñanza, por lo que dimite como director de la Escuela y se dedica desde 1930 a su proyecto particular: el “Laboratorio de la Palabra”, al que anexa una Sección Escolar de enseñanza no oficial donde los profesionales tratan de corregir los  trastornos como sordomudez, tartamudez, afasia… con los métodos aprendidos y experimentados durante tantos años por Barnils. Para ejercer como docente en su propia escuela ha de obtener el título de Maestro de Primera Enseñanza en la Escuela de Maestros de Barcelona, donde él mismo había ejercido anteriormente como profesor. También en 1930 escribe la obra Defectos del hablar, material de referencia en el mundo de la logopedia y en 1931 funda la revista El Parlar.

En los años 1931 y 1932 acude a numerosas conferencias y congresos como el II Congreso Internacional de Lingüistas en Ginebra, el I Congreso de la Sociedad Internacional de Ciencias Fonéticas en Amsterdam y el V Congreso de la Sociedad Internacional de Logopedia y Foniatría en Viena.

Dedicando su vida a la lingüística y la fonética, también encontró tiempo para la poesía: Mi vida (1910), Les Creus de Centelles (1913) y Oda a Centelles (1927). Es miembro de la Academia de las Buenas Letras de Barcelona desde 1926.

Fallece en Barcelona, a causa de una enfermedad tifoidal el 30 de enero de 1930 y es enterrado en el cementerio de Les Corts en la misma ciudad. En su lápida se lee el epitafio: “Vivió para la fonética y los carentes de oído”

Su pueblo natal, Centelles, le rinde homenaje con un monolito con su nombre en el parque del Pla del Mestre (1968), la atribución de su nombre a la Avenida de acceso al colegio de la localidad (1973) y al Instituto de Enseñanza (1990), así como una placa en la casa donde nació (1995).

(Servicio de Información Bibliográfica)