La colección de teatro de la Biblioteca Nacional de España
La colección de teatro de la BNE
13 de febrero de 2007
Esta colección extraordinariamente singular conserva ejemplares de al menos tres cuartas partes de las piezas del teatro antiguo español. Instrumentos de actores y lectores con una utilidad inmediata, ni en forma manuscrita ni impresa estaba concebida para perdurar, por lo que su dispersión ha sido fácil y su conservación no siempre posible. La vida de la colección ha sido enormemente compleja y azarosa, ha pasado por momentos objeto de gran interés -especialmente cuando los directores de la Biblioteca Nacional fueron importantes dramaturgos, como Bretón y Orozco, Hartzenbuch, Tamayo y Baus, etc.– a otros en los que ha permanecido en el olvido.
Importantes coleccionistas y bibliófilos gustaron de juntarlas en colecciones para constituir hoy la colección de obras dramáticas más importante del país. Un importante número de las piezas que hoy constituyen el fondo teatral proceden de importantes “librerías” tal y como se denominaban antiguamente a las bibliotecas particulares. Las colecciones dramáticas formadas por Bohl de Faber, Agustín Durán, Cayetano Alberto de la Barrera, Gayangos, etc., junto a las del duque de Osuna forman la base del fondo de teatro antiguo español que se hoy se conserva en la Biblioteca Nacional.
De especial interés es sin duda la Biblioteca de Agustín Durán que en 1863 fue adquirida a su viuda por la Biblioteca Nacional. Tanto la colección de impresos como de manuscritos se han nutrido básicamente de esta colección que ya en la memoria de de la biblioteca nacional de 1864 se describe de la siguiente forma: "Consta de 3.700 volúmenes y legajos que comprenden muchos volúmenes menores, manuscritos e impresos y que se distingue por una copiosa colección de obras dramáticas de las cuales la mayoría pertenecen al teatro español antiguo". La preciosa colección de comedias de Lope en 25 tomos, uno de las piezas más raras y costosas, a la que acompañan varios tomos o Partes, son difíciles de hallar. Junto a ellos los cuarenta y ocho volúmenes de varios autores publicados en Madrid desde 1652 a 1704. También reúne las obras de Torres Naharro, Lope de Rueda, Timoneda, Cervantes, Guillén de Castro, Tirso, Alarcón y Rojas. Cuenta con piezas autógrafas de Luís Vélez de Guevara, Calderón, Moratín y de otros autores clásicos y modernos, donde se cuentan obras totalmente desconocidas. Junto a ellas, las de Pascual de Gayangos que incorporó cuantiosos volúmenes facticios de comedias, y la de Francisco Asenjo Barbieri, compuesta de unos 4.000 volúmenes y legajos de música española y piezas de teatro.
Podemos dividir la colección de teatro de la Biblioteca Nacional en manuscritos e impresos. Los manuscritos, más de 11.000 piezas, es un fondo uniforme que sobrepasa en número e importancia a cualquier otra institución. Abundantes autógrafos enriquecen la colección: desde el Siglo de Oro (Lope, Calderón, Rojas) a autores contemporáneos como Echegaray, Galdós, Benavente, Los Quintero o Unamuno. De entre ellos unos 1500 pertenecen al Siglo de Oro lo que hace del fondo centro de interés para los estudiosos del género.
Por el contrario la colección de impresos carece de esa uniformidad. Más de 55.000 volúmenes constituyen la colección, unificadaza bajo la signatura T.
Desde su creación se fueron incorporaron todos los fondos relacionados con el teatro: obras dramáticas (comedias sueltas o desglosadas, partes de comedias, colecciones facticias…), libretos pertenecientes al género del teatro lírico, estudios sobre teatro… Posteriormente, ingresaron obras de temas afines como el cine y la sección alberga guiones cinematográficos con documentación gráfica complementaria, que abarcan desde finales de los años 60 hasta principios de los 80; papeles de propaganda, carteles, catálogos de distribuidores, etc. de películas y de obras de teatro.
Dentro de la colección de impresos destaca de forma especial el teatro del siglo de oro. Constituye el núcleo de la colección en sus tres formas de impresión: las partes de un autor, las partes de varios autores y las “sueltas”, siendo estas últimas el elemento diferenciador de la colección. Algunos cálculos apuntan a que se editaron unos 8000 títulos diferentes de comedias y de ellas se hicieron una media de 5 ediciones por título, lo que daría una cifra de unas 40.000 ediciones diferentes. Con tiradas que oscilaban entre los 1200 y los 1500 ejemplares, podemos estimar que en se pusieron en circulación entre 40 y 60 millones de unidades. De esos supuestos 60 millones la Biblioteca Nacional conserva un extraordinario fondo de los siglos XVII y XVIII lo que la hace insustituible para los estudiosos del teatro.