Concierto Antonio Soler (1729-1783): obra vocal en latín, a cargo de La Grande Chapelle
jueves 19 de octubre a las 20.00 h.
La Biblioteca Nacional de España y el Centro de Estudios Europa Hispánica organizan un concierto dedicado a la obra vocal de Antonio Soler, uno de los compositores más célebres del siglo XVIII. La investigación e interpretación corren a cargo de La Grande Chapelle, conjunto reconocido dentro y fuera de nuestras fronteras por su intensa labor de recuperación de la música antigua española.
La Grande Chapelle ofrece en este concierto importantes obras vocales en latín de la extensa producción religiosa del compositor de Olot, que apenas ha sido interpretada o grabada. Entre ellas, destaca el Miserere a 8 voces, la Salve Regina a 5 y el magnífico motete Super flumina Babylonis (1768), escrito por Soler para el famoso concurso del Concert spirituel de París. Se trata de composiciones concebidas para un grupo de solistas vocales y acompañamiento instrumental escritas en un estilo mixto, que recoge la tradición musical hispana del siglo XVII y elementos del moderno Clasicismo centroeuropeo. Albert Recasens, director del ensemble y responsable del proyecto, ha seguido una metodología similar a investigaciones anteriores en torno a compositores como Cristóbal Galán, Tomás Luis de Victoria, Juan Hidalgo, Sebastián Durón o Pedro Ruimonte.
Antonio Soler (1729-1783) recibió su formación en la escolanía de Montserrat, educación de la que se sintió tributario a lo largo de su vida. En 1752, ingresó en la orden jerónima del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, donde ocupó los cargos de organista y maestro de capilla. Durante las estancias otoñales de la familia real en el monasterio –Fernando VI y Bárbara de Braganza y, más tarde, Carlos III–, tuvo la oportunidad de instruirse con José de Nebra y Domenico Scarlatti, músicos del entorno cortesano. En 1766, fue nombrado maestro de música del infante don Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III, a quien dedicó algunas de sus sonatas y obras de cámara.
Soler fue un músico respetado en vida por toda Europa, que publicó sonatas en Londres y mantuvo correspondencia con compositores de la talla del boloñés Giambattista Martini. Además de sus composiciones vocales en latín y en castellano (tanto villancicos como música teatral), escritas en el desempeño del magisterio de capilla de El Escorial, y de su abundante producción instrumental, Soler realizó una importante aportación como teórico, con los tratados Llave de la modulación y Arte de canto llano.
De las más de 450 obras musicales conservadas, la musicología y los intérpretes han fijado su atención en la producción instrumental y, en menor grado, los villancicos. A pesar de que en las últimas décadas se han publicado algunas misas, responsorios y antífonas -gracias a la labor de Samuel Rubio, Eutimio Bullón Pastor y, sobre todo, Pepe Sierra- la mayor parte de las obras religiosas en lengua latina de Antonio Soler, unas 175, permanecen inéditas. De ahí la importancia de la recuperación musical impulsada por la Biblioteca Nacional y el Centro de Estudios de Europa Hispánica, que permitirá al público descubrir a una de las mayores personalidades musicales de la historia de la música española, más allá de las conocidas sonatas para clave o el famoso fandango.
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