1858–1898: Conciencia del Patrimonio Nacional

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1858–1898: Conciencia del Patrimonio Nacional

En 1858 nace el Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios, que algunos años más tarde sería el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, para terminar llevando el nombre, perdurable hasta más allá de su muerte, de Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. La mutación del español súbdito en ciudadano y la conciencia de pertenencia a una Nación, antes que a un Reino, causa a la vez que fruto de la Constitución de Cádiz, buscaba espejos en los que reflejarse, y las sucesivas desamortizaciones hicieron brotar –también como justificación de los legisladores ante sí mismos– la conciencia del Patrimonio (histórico, cultural, artístico) Nacional y la preocupación por su destino. El resultado sería una política cultural como parte, acaso como consumación, de una política educativa. El Patrimonio Nacional no era sólo el espejo de una Nación secular, era también la argamasa con la que estaba construida y una orientación en la búsqueda de su propio destino.

La Escuela Superior de Diplomática que vio la luz en 1856 permitió soñar con una nueva profesión, la erudición, en la que se identificaran bibliógrafos, paleógrafos y arqueólogos en el conocimiento de realidades en las que importaba no tanto su valor estético como su condición “documental” o de testimonio cultural se una realidad superior y abarcadora: la Nación Española.

Nacimiento, configuración, crecimiento y desarrollo de un Cuerpo, tan prestigioso como desconocido, son el contenido de esta Exposición y especialmente de su primera época. El Cuerpo estuvo ya presente oficialmente en las convulsiones típicas de las revoluciones