La BNE ofrece dos exposiciones dedicadas a Carmen Martín Gaite e Ignacio Aldecoa en su centenario

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La BNE ofrece dos exposiciones dedicadas a Carmen Martín Gaite e Ignacio Aldecoa en su centenario
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Carmen Martín Gaite, Ignacio Aldecoa y Alfonso Sastre. 1954. Archivo Carmen Martín Gaite (Junta de Castilla y León).
Homenaje también a la Generación de los 50, a la que ambos pertenecieron.

La colaboración entre instituciones ha hecho posible la exhibición de cerca de 200 obras, entre ellas una novela inédita de Ignacio Aldecoa descubierta recientemente.

La Biblioteca Nacional de España acoge desde el 18 de diciembre de 2025 y hasta el 14 de junio de 2026 dos exposiciones para celebrar el centenario del nacimiento de dos figuras clave en la literatura española del siglo XX: Carmen Martín Gaite e Ignacio Aldecoa. A través de ambas muestras —en las salas Recoletos y Jorge Juan— se da a conocer la vida, la obra y el legado de estos dos autores singulares, así como el contexto histórico, social y cultural en el que se desarrolló su actividad literaria y la importancia de la Generación de los 50 a la que pertenecieron, a la que se reserva el espacio que separa ambas salas. 

Carmen Martín Gaite. El paradigma de una mujer de letras

Esta exposición, organizada por la Biblioteca Nacional de España, Acción Cultural Española (AC/E), la Junta de Castilla y León, la Universidad de Salamanca y la Fundación Martín Gaite y en la que colaboran el Instituto de las Mujeres, la Fundación ACS y la Fundación Amigos de la BNE (FABNE), va más allá de la faceta de escritora de Carmen Martín Gaite para mostrar la amplitud de sus intereses intelectuales y cómo se desplegaron en multitud de direcciones.

Comisariada por José Teruel, profesor honorario de Literatura Española en la Universidad Autónoma de Madrid, acreditado a Catedrático desde 2015, editor de varias ediciones críticas de la obra de Carmen Martín Gaite y director de la edición anotada de las Obras completas de la autora en siete tomos (entre 2008 y 2019), la muestra refleja los hitos de la trayectoria vital y la herencia intelectual de una de las escritoras españolas más viva culturalmente cien años después de su nacimiento y a los veinticinco de su muerte.

Fotografías familiares —Carmiña casi siempre sonriente, en varias junto a Ignacio Aldecoa y otros escritores de la Generación de los 50—; cuadernos escolares con esa caligrafía suya inclinada y pulcra que conservó hasta el final; retratos, objetos personales, libros de su biblioteca, cartas, agendas, manuscritos —algunos con dibujos como los de Entre visillos y El cuarto de atrás—,  los «cuadernos de todo» —como los bautizó su hija Marta—, y sus collages, tan célebres y celebrados como sus escritos, dan idea del personalísimo universo de la escritora salmantina y complementan un recorrido por diferentes ediciones de sus obras, artículos y traducciones, así como material audiovisual con extractos de entrevistas, conferencias y lecturas de sus poemas.

Un itinerario cronológico guía al visitante por los ambientes, las circunstancias y las relaciones interpersonales que más influyeron en su desarrollo como mujer y escritora. Su infancia y juventud en Salamanca, marcadas por la Guerra Civil, sus primeros escritos y lecturas, el Instituto Femenino de Segunda Enseñanza y la Universidad de Salamanca, donde conoce a Ignacio Aldecoa. Su llegada a Madrid en 1948 y el decisivo reencuentro con Aldecoa, que lo cambia todo y marca su porvenir, al introducirla en su grupo de amigos, núcleo de la Generación de los 50: Rafael Sánchez Ferlosio —con el que se casa en 1953—, Jesús Fernández Santos, Medardo Fraile, Alfonso Sastre, Mayra O’Wisiedo, José María de Quinto, Carlos Edmundo de Ory y Josefina Rodríguez. Artistas y escritores que en los albores de los cincuenta soñaban con publicar o hacer cine y que, con el mecenazgo de Antonio Rodríguez Moñino, se embarcaron en la aventura de Revista Española. En la década de los 50 sus primeras publicaciones y premios: en 1954 el Premio Café Gijón por su novela corta El balneario, el Premio Nadal en 1957 por Entre visillos y en 1962  finalista del Premio Biblioteca Breve de Narrativa con su segunda novela, Ritmo lento.

Siempre impulsada por la curiosidad y con una vocación de testigo del devenir de la España en la que le tocó vivir, su trayectoria intelectual constituye un paradigma de lo que se podría denominar «mujer de letras». Además de la novela cultivó el ensayo, la poesía, el teatro, la crítica literaria y la traducción. En los años 70 elige su lugar en el mundo: habitar la soledad con todas sus exigencias, como sinónimo de libertad y como motor de múltiples posibilidades creativas. «La libertad siempre da algo de miedo cuando se ve de cerca, ¿no lo sabías?», interpela al espectador desde uno de sus collages a tamaño gigante, en una foto junto a su hija Marta, bajo la Estatua de la Libertad, en su amada Nueva York, paisaje emocional y ciudad escenario de obras como Caperucita en Manhattan y Visión de Nueva York.

En la siguiente década, la madurez como escritora y el reconocimiento público: la «edad de merecer», como ella misma la bautizó. Más premios: primera mujer en obtener el Premio Nacional de Literatura por su obra El cuarto de atrás, en 1978 —galardón que volvería a recibir en 1994 por el conjunto de su obra— y el Príncipe de Asturias, en 1988. En los 90 su coronación como «reina de las letras» y escritora reconocida y popular, las colas de firmas en la Feria del Libro y el cariño de sus lectores. Nubosidad variable, La Reina de las Nieves, Lo raro es vivir e Irse de casa son títulos que han marcado a toda una generación de lectores y lectoras y un legado que perdura en sus hijas, hijos, nietos y nietas.

Ignacio Aldecoa, el oficio de escribir

Esta exposición, organizada por la Biblioteca Nacional de España, Acción Cultural Española (AC/E) y la Diputación Foral de Álava, con la colaboración de la Fundación ACS y la Fundación Amigos de la BNE (FABNE), nos invita a conocer la trayectoria biográfica y profesional de Ignacio Aldecoa (Vitoria, 24 de julio de 1925 — Madrid, 15 de noviembre de 1969) y aspectos como su vinculación con el mundo del cine, su pasión por los viajes y la aventura y la búsqueda incesante de un paraíso personal.

Comisariada por José Ramón González, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Valladolid y especialista en literatura española contemporánea, la muestra reivindica a este autor imprescindible que se entregó sin reservas al «oficio de escribir» y cuya literatura exigente, rigurosa y honesta toca la sensibilidad de quien se acerca a ella y nos sigue interpelando como testimonio de época de nuestra historia reciente.

Debutante como poeta, codirigió, junto a Alfonso Sastre y Rafael Sánchez Ferlosio, la Revista Española, que apostó por un grupo de jóvenes escritores españoles —el «grupo de Madrid» de la llamada Generación de los 50, que, junto con el «grupo de Barcelona», va a ser el rostro más visible de la renovación literaria que se estaba produciendo en España durante esa década— y por el cuento literario como género, al tiempo que fue una ventana abierta al mundo, en la que aparecieron textos de autores extranjeros, y crucial en la difusión de un nuevo realismo testimonial, a la vez exigente desde un punto de vista estético, constituyéndose como espacio de encuentro en el que se fue perfilando una nueva sensibilidad literaria.

Conocido sobre todo como autor de relatos, Ignacio Aldecoa escribió seis novelas, dos de las cuales —Ciudad de tarde (1952) y El Gran Mercado (1953), nunca publicadas— han sido encontradas este mismo año en la Sección de Censura del Archivo General de la Administración en el proceso de recopilación de obras para exhibir en esta exposición.

El mecanoscrito de El Gran Mercado es una de las piezas más relevantes de las más de 140 que componen la muestra, entre las que también destacan el mecanoscrito de Patio de armas, uno de los cuentos más logrados del autor, que forma parte del fondo Julian Gorkin, de la Fundación Pablo Iglesias; los mecanoscritos de varios artículos periodísticos firmados por Aldecoa que se conservan en la Biblioteca Nacional de España o las cartas y textos que se custodian en la Fundación Carlos Edmundo de Ory (Cádiz).

Organizada en siete secciones, la exposición explora facetas íntimas y tal vez poco conocidas de Aldecoa, al que podemos situar en diferentes épocas y contextos a través de reproducciones fotográficas, algunas de gran tamaño. Su fascinación por la aventura, por los viajes, por las islas, por el mar: paraísos en los que recalar, física o mentalmente, para reponer fuerzas y encontrarse consigo mismo. Ignacio sonriendo. Ignacio y Josefina Rodríguez —su mujer, también escritora, tomará el apellido de Aldecoa para firmar sus obras— paseando por una calle de Nueva York, pequeños al pie de los rascacielos. Ignacio con sus amigos. Ignacio en un dromedario. Ignacio escribiendo, en un guiño autorreferencial al situarse la foto en un espacio físico que recrea su despacho con objetos que formaban parte de él: la mesa de trabajo, la hélice del aviador francés Jules Védrines, los retratos que Carlos Mampaso pintó de él y de Josefina…

La última parte explora su vinculación con el cine. Escribió un guion en colaboración con Josefina Rodríguez, Cuatro esquinas, que no llegó nunca a filmarse. Poco después, participó en el cortometraje El pequeño río Manzanares (1956), con guion de Carlos Saura y de él mismo, y más adelante escribió el guion de Gayarre (1959), biopic dirigido por Domingo Viladomat. Varios de sus textos fueron llevados a la pantalla en versiones cinematográficas o televisivas, con relativo éxito.

Finalista del Premio Café Gijón (1952) y del Planeta (1954) y Premio de la Crítica (1958), será en sus últimos años y, especialmente tras su muerte, cuando se prodiguen las reediciones de sus cuentos y novelas, las traducciones y los estudios sobre su aportación a la historia de la literatura española. La exposición se cierra con una selección de las traducciones que conserva la BNE y algunos de los estudios más destacados que se han publicado desde 1970, que demuestran que la obra de Aldecoa sigue suscitando interés y es un campo abierto de trabajo para las nuevas generaciones dedicadas al estudio de la literatura.
 

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Fueron encontradas en la Sección de Censura del Archivo General de la Administración