Recientemente hemos conocido el fallecimiento de Javier Krahe Ruiz. El empresario e ingeniero industrial era miembro del Real Patronato de la BNE.

Como el humanista que era, unía a su actividad empresarial e industrial, su enorme afición a los libros. Su bibliofilia le llevó a construir su casa del Cigarral del Carmen para dar cabida a su gran biblioteca, de más de 23.000 volúmenes, en la que se incluyen joyas como una primera edición de El Quijote, varias primeras ediciones y otras rarezas bibliográficas.

Colaboraba con la Real Fundación de Toledo desde 1990. En su biblioteca hay un amplio espacio dedicado a los libros sobre Toledo.

Siempre destacó por su disposición a compartir su colección con los investigadores e instituciones que lo solicitaban.

Su desaparición supone una gran pérdida para la bibliofilia y la Cultura en general y para la Biblioteca Nacional de España en particular.