El pequeño códice de los Trionfi de la Biblioteca Nacional es una preciosa muestra del libro humanista del renacimiento italiano, en el que la miniatura es el pretexto que decora y ennoblece el libro.

La obra alegórica de Petrarca, en la que se simbolizan los valores humanos y universales, fue uno de los textos que mejor se prestaron a la ilustración y desde luego una base perfecta para desplegar los principios estéticos del Renacimiento. Cada triunfo se inicia con una miniatura a toda página que representa cada uno de los carros –Amor, Castidad, Muerte, Fama, Tiempo y Eternidad– enmarcados con orlas con motivos vegetales y arquitectónicos. La miniatura que abre el códice representa al poeta coronado con laureles y rodeado de las figuras simbólicas de las Virtudes.

Las miniaturas han sido atribuidas a Francesco d’Antonio del Cherico, uno de los grandes maestros de la iluminación florentina al servicio de los Médici. Los colores empleados por el artista resaltan sobre la finísima vitela, pero es sobre todo el tamaño de la ilustración lo que hace resaltar el magnífico trabajo de composición que convierte el códice en uno de los mejores ejemplos del libro fabricado para satisfacer el gusto del bibliófilo renacentista.

Lleva en el recto de la primera hoja un exlibris en negro con el escudo de armas de la colección del cardenal Zelada, incorporado con posterioridad al fondo de la catedral de Toledo, e ingresa en la Biblioteca Nacional tras la desamortización del siglo XIX.