Concha Lagos, bautizada con el nombre de María de la Concepción Gutiérrez Torrero, nació el 23 de enero de 1907 en Córdoba, siendo la mediana de tres hermanos. Estudió Magisterio y Música (violín) aunque nunca llegó a ejercer ninguna de las dos profesiones. Interna en el colegio de las religiosas de la Sagrada Familia de Córdoba, aprendió francés, música y canto y empezó a relacionarse con niñas de su edad, ya que hasta ese momento sus compañeros de juego habían sido los amigos de su hermano Manuel. En ese colegio permanece hasta los 12 años, en que se traslada a Madrid, donde a causa de la enfermedad de su madre y hermana mayor, tienen que instalarse en un hotel de El Escorial. Comienza allí su afición a la lectura. Su obra “Al sur del recuerdo” (1955) recoge las impresiones y recuerdos de su infancia.
Durante un verano en San Rafael conoce al que será su marido, el fotógrafo y marino gallego Mariano Lagos Carsi (conocido también como “Mario”), con quien se casaría tan solo un año y medio después, en 1927 con tal solo 17 años. La afición a la fotografía compartida por ambos les animó a crear un estudio, proyecto que cobra vida en el número 10 de la calle del Príncipe gracias a la inversión de todos sus ahorros. Entre sus primeros clientes se encontraban personalidades tales como los hermanos Machado, José Ortega y Gasset, Ramón Gómez de la Serna, Luis Cernuda o Edgar Neville, cuyas fotografías se conservan actualmente en el archivo personal de Mariano Lagos.
Después de adquirir algunas ganancias, pudo empezar a cumplir dos de sus sueños: estudiar música, y Filosofía y Letras, aunque el estallido de la guerra civil los truncará. Con esos pocos ingresos pudieron marcharse a París primero, gracias a la doble nacionalidad de Mario, y después a Galicia para refugiarse en una finca de la familia de Mariano Lagos. Aquí Concha empezaría a escribir sus primeras obras en 1937: Balcón y El pantano. En 1944 regresan a Madrid para instalarse definitivamente en su estudio de la Gran Vía. Comienzan tiempos favorables para el matrimonio Lagos, en los que se funda la “Colección Ágora” y la revista homónima. Cuadernos de Ágora, nombre definitivo de la revista, fue dirigida por Concha Lagos de 1956 a 1964 y su archivo se conserva, en su totalidad, en la Biblioteca Nacional. En ella se publicará la primera antología de posguerra, titulada Veinte poetas españoles, que incluye nombres de autores de la década 1940-1950. Es en esta época cuando dan comienzo “Los Viernes de Ágora”, tertulias iniciadas por la propia Concha Lagos a las que acudían los poetas que residían en Madrid en esos momentos, poetas que venían de paso e incluso algunos poetas extranjeros, aunque no faltaron intelectuales de otras disciplinas. En 1962 aparece la segunda antología: Nuevos poetas españoles, que abarca el periodo comprendido desde 1950 hasta esa fecha. En 1963 se convoca por primera vez el Premio Ágora de poesía, cuyo primer galardonado fue Vicente Gaos por su obra Mitos para tiempo de incrédulos. Tras dejar la dirección de la revista, pasó largas temporadas en Francia, Holanda, Bélgica, Portugal, Italia e Inglaterra. Sin dejar de escribir en estos años y tras su incursión en el panorama poético con la publicación de El Pantano y Balcón (1954), que “si algún valor tienen, es la sinceridad” , como toda la obra posterior de la poetisa cordobesa, aparecerán Los obstáculos y Al sur del recuerdo, de 1955; El corazón cansado (1957), La soledad de siempre, Agua de Dios y Arroyo claro, los tres de 1958; Campo abierto (1959), Luna de enero (1960) y Golpeando el silencio (1961), que delimitará la que se podría considerar su primera etapa poética. El cambio a una segunda etapa lo proporcionaría Tema fundamental, también de 1961, al que seguirían Canciones desde la barca (1962), Para empezar (1963), Los Anales (1966), Diario de un hombre (1970) y la llamada “Trilogía Fundamental” formada por El Cerco, La Aventura y Fragmentos en espiral desde el pozo (editados en 1971, 1973 y 1974, respectivamente). Se produce un salto en el tiempo hasta 1981, año de publicación de Teoría de la inseguridad. Esta década se completaría con La paloma y Elegías para un álbum, de 1982, Más allá de la soledad y Con el arco a punto (1984), En la rueda del viento (1985), Segunda Trilogía (1986), y Cuando llegue el silencio y El Telar, de 1988. Ya en la década de los 90 publicará Por la ruta del hombre, Cuadernos Posada y Tercera Trilogía, todos de 1993. En su producción literaria destacan también relatos, como La hija de Jairo (1963) y La vida y otros sueños (1969), además de dos obras de teatro: Después del Mediodía (1962) y Ha llegado una carta (1968). Falleció, a punto de cumplir el siglo, el 6 de septiembre de 2007 en la Residencia Río Salud de Las Rozas (Madrid), en la que vivía desde 1992.
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