Un mundo frágil, pero conectado
La reciente pandemia del coronavirus ha dejado a gran parte del mundo confinado en sus hogares. En estos momentos, la comunicación con nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo están resultando vitales.
Actualmente, los medios de comunicación han cambiado mucho gracias al avance tecnológico, las telecomunicaciones nos permiten hablar por teléfono a grandes distancias, mandar correos electrónicos o conectarse a páginas web, proporcionándonos todo tipo de información, o a servicios y plataformas que nos sirven de entretenimiento como Youtube o Netflix, que conviven con otros medios de comunicación anteriores en el tiempo.
Sin embargo, aunque el tema de las comunicaciones nos parece relativamente reciente, durante otras épocas de la historia han existido diferentes medios de comunicación, como el correo postal, el telégrafo o la radio en los que se pueden ver los antecedentes de las actuales tecnologías. Y todos ellos se han visto reflejados en la cartografía.
El correo postal
Uno de los métodos más antiguos de comunicación, todavía en uso, es el correo postal. La correspondencia en papel se emplea en todos los ámbitos de la vida humana. Un medio de dar información sobre asuntos administrativos, bancarios, o simplemente, para comunicarse entre amigos, familiares o compañeros de profesión.
A la hora de entregar correctamente las cartas, los distintos organismos contaban con múltiples rutas postales, así como con casas de postas.
Las casas de postas se disponían en las principales poblaciones a lo largo de las líneas de correos y en las vías principales para proveer el suministro de caballos necesario para realizar los viajes. Muchas servían también de parada de diligencias para viajeros.
Estas redes de postas existían ya en la Antigua Grecia, y en el Imperio Romano, donde las llamadas “statio” suponían el inicio de una ruta postal, siendo las “mansio” aquellas que disponían de alojamiento y “mutatio” aquellas que sólo servían para cambiar de caballo
En el siglo XVIII, Correos pasa a ser un servicio del Estado en España, de la mano de Felipe V que lo extiende a todos los ciudadanos como un servicio público. El servicio se regula mediante reglamentos, como el de 1720 o las Ordenanzas de Correos de 1743. Pedro Rodríguez de Campomanes en 1755 establece las tarifas, el reparto a domicilio, y crea el oficio de cartero. Igualmente, inicia la instalación de las bocas de buzones en las estafetas, y crea los precedentes de los distritos postales. Con la mejora la red viaria, se inicia la modernización del servicio postal en España.
En 1850, aparece en España el primer sello con la imagen de la Reina Isabel II, lo que tiene dos grandes consecuencias. Por un lado, disminuye el coste de los envíos, al pagar el servicio el expedidor en lugar del destinatario; y por otro, el número de envíos aumenta considerablemente, convirtiendo el servicio de correos un medio frecuentemente usado por ciudadanos y administraciones.
Carta de Correos y Postas de las provincias de Almería, Cádiz… 1860 [BNE, GMM/1671]En el mundo de la cartografía, han sido muchos los mapas que han reflejado las rutas postales, siendo una referencia para los organismos oficiales, como la Dirección de Correos. Un ejemplo de este tipo de mapas lo encontramos en la Biblioteca Nacional, con la Carta de Correos y Postas de las provincias de Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla, de 1860.
Este mapa, trazado por la Dirección General de Correos, tiene una escala de 1:600.000 y unas dimensiones de 50 x 80 cm. En él se pueden ver representadas las rutas postales y la ubicación de las postas en las diferentes provincias, incluyendo una leyenda que explica los signos convencionales que aparecen en el mapa.
Resulta interesante a nivel histórico, porque permite ver el grado de desarrollo de las infraestructuras de correos y además, supone un reflejo de una etapa de la historia en la que el Servicio postal estaba cobrando cada vez más importancia como medio de comunicación.
El telégrafo y el teléfono
Sin embargo, pese a la eficacia y utilidad del correo postal, el avance científico ha permitido la aparición de inventos para transmitir más rápidamente mensajes. En 1837, Samuel F.B. Morse crea el telégrafo y el código de pulsaciones que permiten transcribir palabras y enviar la señal sin barreras de espacio y de tiempo.
Su invento, basado en el descubrimiento en Europa del electroimán y el electromagnetismo, combinaba dos tipos de señales: una corta o punto y una larga o raya. Cada letra estaba formada mediante una combinación de ambos tipos de señales.
Este invento fue acogido pronto por los periodistas, agentes de bolsa y compañías de transportes, que consideraron este avance como un medio de impulsar y dinamizar sus actividades. El invento, por tanto, tuvo una rápida difusión por todo el mundo y sirvió para crear las bases de un invento posterior, el teléfono.
Carta telegráfica de España y Portugal, 1860
[BNE, MV/5 España. Telégrafos. 1860]En la Biblioteca Nacional de España tenemos una amplia representación de mapas de telégrafos, destacamos un interesante mapa de Telégrafos de España y Portugal.
Este mapa muestra la red de telégrafos de España y Portugal, de 1860 y añade un relieve por sombreado. Resulta interesante porque indica las tarifas de servicio telegráfico, con el precio por palabra. Cabe destacar que existieron reglamentos que fijaban el precio por palabra, por lo que, pese a su relativa inmediatez, los mensajes solían ser cortos, directos y concisos.
Es un mapa de gran interés para todo tipo de compradores por proporcionar información acerca de la Red y del propio Servicio telegráfico.
Unas décadas más tarde, en 1876, Alexander Graham Bell patenta el teléfono. Anteriormente, el inventor italiano Antonio Meucci había creado un prototipo en 1854, pero por dificultades económicas, no pudo presentar más que una breve descripción del aparato en la Oficina de Patentes hasta 1871. Por ello, se considera a Alexander Graham Bell junto a Elisha Gray como los inventores del teléfono.
Este medio permite la comunicación a grandes distancias y ha supuesto también la base sobre la que se asienta un invento posterior como Internet.
Territorio de Ifni: red telefónica y de pistas
[BNE, AFRMPS/17/37]En la Biblioteca Nacional de España, dentro de la Colección de África podemos encontrar el mapa Territorio de Ifni: red telefónica y de pistas.
Se trata de un mapa de principios del siglo XX. Es un mapa sencillo, sin escala y que muestra la red telefónica del territorio del Ifni, antigua colonia española, especificando el tipo de cable telefónico empleado.
Es un ejemplo de mapa de gran importancia militar y administrativa, ya que permitía conocer el estado de las infraestructuras de un territorio, así como elaborar planes para extender dichas redes. En este mapa cobra importancia la línea costera, al igual que el uso de color rojo para resaltar las redes telefónicas nuevas.
Internet y cables submarinos
El progreso tecnológico ha permitido ya, a finales del siglo XX, la aparición de un nuevo medio de comunicación, Internet y la World Wide Web. Este sistema de comunicación tiene su origen en 1969, cuando se estableció una red de computadoras conectadas entre tres universidades de California (Estados Unidos). En 1990 se crea la World Wide Web, como conjunto de protocolos que permite la consulta y acceso de forma remota de archivos de hipertexto.
Basada en la transmisión de datos por línea telefónica en sus inicios, actualmente también hace uso de los satélites y de un intrincado sistema de cables submarinos que permiten conectar puntos separados entre sí por grandes masas de agua como son los mares y océanos.
Estos cables, actualmente, son de fibra óptica. Este material permite una latencia muy baja, lo que significa que el tiempo que transcurre entre la emisión y la recepción de una señal es muy corto. El empleo de cables subterráneos es cada vez más frecuente, con diferentes empresas, incluidas algunas tan conocidas como Telefónica, Google o Facebook, que están haciendo fuertes inversiones en ellas.
Hay que tener en cuenta que, aunque los satélites permiten la comunicación, se trata de un medio en el que una señal se envía a un satélite que orbita a unos 36.000 kilómetros de la Tierra y que luego “baja” hasta su receptor. Se trata de una distancia mayor respecto a la longitud que puede alcanzar un cable telefónico que conecte, por ejemplo, Australia y Estados Unidos.
Cable submarino formado por ocho capas de distintos materiales [Dominio público: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Submarine_cable_cross-section_3…]Dichos cables no son más gruesos que el brazo de una persona adulta y constan de ocho capas concéntricas, siendo la primera la fibra óptica y las dos últimas capas de metal, para protegerlas de la corrosión o incluso de ataques de tiburones y otra fauna marina en algunos casos. La instalación de este cableado es complicada y laboriosa, y requiere de un tipo de barco específicamente diseñado para esta finalidad.
En el caso de España, la mayoría de cables submarinos parten del sur, y conectan la península con las Islas Canarias, América, o zonas del sur de Europa y Oriente Próximo. También hay un cable instalado en 1994 por Telefónica para unir Cataluña con Baleares, otro de IslaLink para unir Palma con Valencia, uno que une Valencia y Algeciras, e incluso otro que es fruto de la colaboración entre Telefónica y Telecom Italia Sparkle para unir España con el norte de Italia.
Actualmente, existen diferentes sitios web, como https://www.submarinecablemap.com/, que permiten ver en un mapa la red de cableado submarino. Esta página permite navegar por un mapa del mundo indicando el nombre de cada una de las redes de cables, para conocer su recorrido.
Conclusión
Aunque vivimos en un mundo frágil, en el que las grandes distancias, la naturaleza, las guerras o la enfermedad suponen un desafío a la hora de establecer comunicaciones, el avance científico y tecnológico ha permitido superar esas barreras y mantener conectadas a personas separadas por miles de kilómetros.
El reflejo cartográfico de las telecomunicaciones ha puesto de manifiesto la importancia que dan los dirigentes y ciudadanos de un país al conocimiento de las redes y sus servicios. De esta forma, también podemos tener una referencia histórica para comprender cómo han crecido dichas redes y se ha logrado comunicar las personas y los territorios.