Equipo de voluntarios, trece apasionados del Museo de la BNE
Son trece, ocho mujeres y cinco hombres; algunos como Norberto, Carmen y Amalia llevan ya tres años en el equipo de voluntarios del Museo de la BNE, el resto se ha ido sumando al proyecto. Su misión, enseñar a grupos de estudiantes, unas veces, y, adultos, otras, el Museo y la sala de lectura de la Biblioteca.
TTodos ellos comparten las ganas de aprender, de seguir estando al día, de hacer que la gente que entra a conocer el Museo se sienta satisfecha. La mayoría tienen algo que ver con los libros o la literatura, pero no todos. Ahora bien, la inquietud por enseñar a otros la historia, el arte o la memoria está en el conjunto del equipo. Lo más gratificante es lo que yo estoy aprendiendo al hacer las visitas, lo contenta que queda la gente. Cada vez que se necesita algo recurren a ti y nunca dices que no. Es estupendo poder echar una mano y estar dispuestos a enseñar”, asegura Norberto, ingeniero y economista jubilado vinculado al voluntariado del museo desde 2008.
Pero no todas las visitas son iguales, todo tiene su truco. Hay que ir adaptándose al perfil del grupo. A las personas mayores hay que explicarles todo, quieren saber y saber y nunca se aburren. Los chicos jóvenes se distraen enseguida y entonces ves que es el momento de acelerar o cortar. Los adolescentes son los más difíciles porque se creen que vienen a pasar un día de vacaciones y hay que cambiarles esa mentalidad”, declara Antonio Jericó, jubilado después de 42 años en la banca y voluntario también de la Cruz Roja. Cada semana hay visita de algún colegio de la Comunidad de Madrid, pero también hay muchos grupos de personas adultas, la mayor parte, mujeres. Tienes que prepararte muy bien las respuestas de las preguntas que están escritas en la pared porque, sobre todo, los más pequeños, lo preguntan todo”, señala Antonio.
María Antonietta es una profesora de matemáticas jubilada del Colegio Italiano que decidió quedarse en Madrid y no encontró nada mejor que el voluntariado del museo de la BNE para dedicar algo de su tiempo libre. La Biblioteca es un lugar maravilloso donde la gente es muy amable y está dispuesta a ayudar a la gente. Por eso decidí que éste era el mejor sitio. Además, siempre se aprende algo”. A la salida de cada visita todos rellenan una encuesta y se muestran muy satisfechos. Tanto voluntarios como visitantes sienten la Biblioteca Nacional de España como algo suyo, algo grande que les hace sentir importantes.
Norberto, Carmen, Amalia, Luis, María Rosario, Antonio Acebrón, Antonio Jericó, Concha, África, Lola, Flora, María Antonietta y Felipe, los trece voluntarios apasionados por el saber.
Me interesa mucho el tema del voluntariado. ¿Alguien me puede informar sobre cómo acceder?.