“El error de la Inquisición fue usar la violencia para defender la fe”

“El error de la Inquisición fue usar la violencia para defender la fe”
26 de Febrero de 2014

José Carlos Martín de la Hoz es un sacerdote que forma parte de las Academias de Historia Eclesiástica de Sevilla y Valencia. Tras licenciarse en Ciencias Geológicas por la Universidad Complutense de Madrid y doctorarse en Teología Histórica por la Universidad de Navarra, se ha  dedicado, durante muchos años, a la investigación y a la docencia de la historia de la Iglesia. Además, ha publicado diferentes libros, entre los que destacan: La Iglesia en América: Siglos XVI-XX (Madrid, 1992), La violencia y el hecho religioso (Córdoba, 1995) o la edición crítica de las Relecciones Escriturísticas inéditas de Domingo de Soto (Salamanca 2005). Actualmente, acude a la Biblioteca Nacional de España, porque es el coordinador del grupo Confianza y hecho religioso, y se centra en investigar temas relacionados con  la Inquisición.

¿Qué está haciendo en la BNE?

Estoy dirigiendo un grupo de investigación que se llama Confianza y hecho religioso, donde hay un apartado dedicado a la confianza y la desconfianza a lo largo de la historia de la Iglesia. Realizo una investigación sobre las raíces de la Inquisición, en cuanto que es una institución que nace del paso de una sociedad de confianza a una sociedad de desconfianza. A la vez, en paralelo, acabo de redactar un libro sobre las dificultades, a lo largo de la historia de la Iglesia, que atraviesa un hombre que busca a Dios. En ese sentido, se estudia la confianza en Dios, cuando viene la dificultad, es decir, si cuando viene el momento duro de la persecución, se puede seguir o no confiando en Dios.

¿Y qué es lo que más ha encontrado en la historia de la Iglesia católica: confianza o desconfianza en la institución?

Confianza. Porque al final los hombres necesitamos esperanza, sin ella es muy difícil vivir. Y la confianza está muy relacionada con el perdón y la misericordia. Saber que Dios perdona y olvida da una gran seguridad.

¿Cree que los ciudadanos se fijan mucho en la personalidad del Sumo Pontífice a la hora de creer más o menos en la Iglesia?

No, lo que pasa es que, en cada momento de la historia, Dios envía al Santo Padre que se necesita. En este sentido, el Papa Francisco está continuando con la línea que ya comenzó Juan Pablo II y Benedicto XVI.  Juan Pablo II devolvió la esperanza ante una sociedad en la que había muchísimas dificultades, volvió a poner la mirada en Dios después de la caída del marxismo. Por su parte, el primer trabajo de Benedicto XVI fue sobre la caridad, y nos lanzó a que proclamáramos, por el mundo entero, una sociedad de caridad de amor a los demás. Ahora, Francisco nos ha subrayado, dentro de esa caridad, la misericordia, la dulzura y la ternura en el trato entre los hombres.

¿Existen dos tipos de Iglesia diferenciados por una mayor cercanía o lejanía a la sociedad?

No, lo que pasa es que la historia de un hombre, igual que la historia de la Iglesia, es la historia de su oración, en la medida en que el hombre, el cristiano, hace oración y  descubre el amor a Dios y el amor a los demás. Es más coherente, y, en ese sentido, se acerca más a la sustancia del cristianismo. Cuando uno se aleja de ese modelo de caridad y está más pendiente de sí mismo y de otras cosas, puede dar una imagen de despego poco atractiva.

¿Qué hay de verdad en la leyenda negra de la Inquisición?

El término leyenda es una palabra que, en el siglo XVI, significaba que un libro debía de ser leído. Actualmente, leyenda lo que simboliza es un hecho histórico que está deformado y que se utiliza como arma arrojadiza. En ese sentido, hemos de pedir perdón por los errores de los cristianos de todos los tiempos, igual que cada noche, en el examen de conciencia, cada uno pide perdón por sus propios errores. El error fue  usar la violencia para defender la fe.

¿Está encontrando todo lo que busca en la BNE?

Todo. La Biblioteca Nacional es, actualmente, uno de los centros de investigación más importantes, sin lugar a dudas. Y, además, durante muchos años, ha hecho un trabajo muy serio de relación con otras instituciones españolas culturales. Por lo tanto, aquí no sólo hay una gran cantidad de fondos, sino que también hay  información sobre los fondos que existen en otras bibliotecas. De modo que, a través del préstamo interbibliotecario, se puede, desde aquí, acceder a los fondos más antiguos que hay en España y en Europa. Porque, no nos olvidemos, España es un cruce de culturas donde, en el siglo XVI, estuvieron las grandes universidades y las grandes órdenes religiosas, que tradujeron e imprimieron muchos libros, y, parte de ellos, están ahora mismo aquí.

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