La biblioteca de la casa de Osuna
IH/9187/5, [Retrato de Mariano Téllez Girón y Beaufort] Llanta
El 2 de junio de 1882 fallece Mariano Téllez-Girón y Beaufort-Spontin, XII duque de Osuna y XV duque del Infantado, cuatro veces Grande de España en su castillo de Beauraing, en Bélgica. Hereda una de las más grandes fortunas de la época a la muerte de su hermano Pedro de Alcántara en 1844 y la dilapida íntegramente en una vida de lujo y boato. En su biografía novelada[1] dice de él Marichalar: “[Mariano] es el majo de rumbo y de tronío, espléndido, marchoso y manirroto, que arruina en un día la mayor fortuna para que no se diga que mejor que él pudo quedar nunca otro. (…) Hereda una renta de cinco millones de pesetas para dejar, a su muerte, un pasivo de cuarenta y cuatro millones”. Al final de su vida todo el patrimonio de la casa de Osuna[2] en España, valorado por la Banca de Castilla en 54 millones de pesetas, está hipotecado y, a su muerte, se constituye una Comisión Ejecutiva de Obligacionistas que se incauta de todos los bienes, entre los cuales está la biblioteca, “verdadera riqueza nacional y testimonio vivo de la sabiduría de nuestros mayores”[3], para la cual ya se había concebido un proyecto de adquisición por parte del Estado en 1877. Para ello, se constituyó una comisión[4] encargada de informar acerca del número de volúmenes, su importancia y su valor, la cual dictaminó “la conveniencia innegable cuanto imperiosa de adquirir por el Estado la colección (…) pero declarando y poniendo de manifiesto las dificultades que impedían cumplir el encargo de la tasación” [5]. Seis años más tarde, el 20 de febrero de 1883, el director general de Instrucción Pública, Juan F. Riaño, redacta una comunicación[6] que sintetiza las acciones llevadas a cabo por el Ministerio de Fomento entre 1877 y 1883 en relación con la adquisición de la Biblioteca, y concluye con la propuesta de nombrar una nueva comisión que, a su parecer, debería “determinar expresamente si conviene adquirirla, y en caso afirmativo, averiguar el precio y condiciones, y estimándolos razonables para los intereses del Estado, proponer su adquisición, acompañando el informe del proyecto de ley que con este motivo haya de presentarse a las Cortes”.
VITR/24/11, Roman de la rose
Y es que en la persona del XII duque de Osuna “vinieron a reunirse las mayores riquezas y honores que tuvo nunca ningún magnate español; los riquísimos mayorazgos de todas las más principales y antiguas casas de nuestra nación y de Bélgica e Italia”[7] y “la biblioteca privada más importante de España y una de las más ricas de la nobleza europea. Disponía de magníficos códice florentinos de los siglos XIV y XV, los manuscritos entre otros de La belle dame sans mercy, El carro de las donnas, Le roman de la Rose, La crónica troyana, el Misal romano del Cardenal Mendoza, los incunables de Santillana y una elevada colección de Biblias, entre las que contaba la Complutense, obras autógrafas de Launay, González de Mendoza y fray Bartolomé de las Casas, más de mil comedias manuscritas, algunas de Calderón, Lope y Tirso, entre otras”[8]. El primitivo fondo de esta biblioteca fue obra de Íñigo López de Mendoza, primer marqués de Santillana[9], y fue acrecentado por sus sucesores en cuanto a número y variedad de materias; en 1841 se vio enriquecido con la importantísima biblioteca[10] del duque del Infantado al integrarse la casa del Infantado con la de Osuna[11]. Con parte de esta biblioteca, Pedro de Alcántara, IX duque de Osuna, abrió una biblioteca pública en su palacio de la Puerta de la Vega hacia 1786 a cargo de varios bibliotecarios, hasta 1808.
Así pues, siguiendo la recomendación de Juan F. Riaño, el 15 de abril de 1883 se constituye una segunda comisión que, tras un detenido examen de los 32.567 volúmenes impresos, de los 670 folletos y de los 2.770 manuscritos[12], reconoce “la singularidad, riqueza e importancia literaria, artística y bibliográfica del caudal que atesora la biblioteca de Osuna”[13] y emite un dictamen favorable a la compra el 7 de julio de 1884, “considerando caso de honra nacional el que tales tesoros puedan, en todo o en parte, salir de España e ir a enriquecer extraños depósitos”[14]. Entre los miembros de esta comisión encontramos a un joven Menéndez y Pelayo que ejerce de secretario y que en carta a Gumersindo Laverde dice ser el autor del preámbulo, “que es una especie de historia compendiosa de esta célebre colección”[15]; Peñalver Gómez va más allá y lo considera “el promotor de la idea y autor del dictamen del que deriva directamente la orden de compra”[16]. Sigue al dictamen una propuesta de proyecto de ley sobre la adquisición de la Biblioteca por 900.000 pesetas[17] que se aprueba en el Congreso el 10 de agosto de 1884[18]; el 17 del mismo mes sale publicada en la Gaceta de Madrid la ley[19] por la cual se autoriza al ministerio de Fomento la adquisición.
El dictamen propone que la Biblioteca Nacional se quede todos los manuscritos, así como cualquier libro impreso del que carezca; de los restantes, pasan a las bibliotecas del Senado y del Congreso todos los relativos a derecho político, historia constitucional y demás materias análogas; y el resto se reparte entre las bibliotecas públicas según las necesidades de cada una.
En la Biblioteca Nacional se encuentran el Índice de los manuscritos procedentes de la Biblioteca del Duque de Osuna adquirida por el Estado en 1886 (MSS/21272), ordenado por materias y que, presumiblemente, recoge los 2.770 manuscritos mencionados en el Real Decreto del 29 de junio de 1884, y el Catálogo de obras impresas pertenecientes a la Biblioteca del Duque de Osuna y adquiridas por el Gobierno de Su Majestad en 1886 con destino a esta Biblioteca (MSS/18848) que recoge, ordenados alfabéticamente, un total de 6.549 títulos y 11.100 volúmenes, además de 149 mapas y planos, y 36 estampas. Así pues, de los 32.567 volúmenes de libros impresos, 21.467 volúmenes no ingresaron en la Biblioteca Nacional y fueron a parar a otras bibliotecas[20].
Hay diversas marcas de procedencia que nos permiten identificar los libros que pertenecieron a la biblioteca de la casa de Osuna: supralibros, etiquetas, sellos, signaturas y anotaciones manuscritas. Para la descripción de la mayoría de ellas seguimos el artículo de Óscar Lilao[21] y aportamos cuatro marcas de procedencia nuevas: tres anteriores a la compra y una que se añadió cuando los libros se depositaron en la BNE.
Supralibros dorado estampado con el escudo familiar
El supralibros dorado estampado en el centro de la tapa anterior con el escudo familiar[22] y la inscripción “Biblioteca del Duque de Osuna”. Este supralibros se encuentra en los libros que formaban parte de la biblioteca pública que el duque de Osuna abrió en su palacio de la Puerta de la Vega como se deduce del informe[23] elaborado por su director, Diego Clemencín: “El cuarto oficial, que es propiamente el encuadernador de la Biblioteca, se ocupa en marcar los libros con el sello de las armas de V.E., circunstancia que al mismo tiempo que autoriza el establecimiento y le imprime cierto carácter de unidad y esplendor, precave el extravío de los libros y facilita su recobro en caso de perderse. (…) El número de volúmenes marcados hasta fin del año asciende a 5.263, que por un cómputo prudencial es algo más de la cuarta parte del todo de la Biblioteca”. En la mayoría de los volúmenes la estampación del supralibros se ha hecho con demasiado calor y presión, quizás debido a la urgencia con que se estampó, de manera que el escudo y la inscripción son difíciles de ver.
Supralibros dorado estampado con la inscripción “Infantado”
Monograma del encuadernador Gabriel Gómez
El supralibros dorado estampado en la tapa anterior, en la parte inferior, con la inscripción “Infantado”. La casa del Infantado pasó a formar parte de la casa de Osuna en 1841 y, con ella, su biblioteca. Casi la mitad de los libros con este supralibros que hay en la BNE tienen el monograma “G.G.” al pie del lomo ya que fueron encuadernados por Gabriel Gómez, encuadernador madrileño durante los reinados de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII[24].
Supralibros dorado “D. de O."
El supralibros dorado “D. de O.” con corona ducal estampado en la tapa anterior. La mayoría de estas encuadernaciones (de momento se han localizado una veintena) están firmadas por L. Binet quien, según Castañeda[25], fue un encuadernador madrileño de mediados del siglo XIX. Con pequeñas diferencias entre ejemplares, se trata de una encuadernación heráldica en piel con recuadro exterior de hilos gofrados e interior de hilos dorados con flores en las esquinas que enmarcan las iniciales coronodas “D. de O.” en la tapa anterior y, en la tapa posterior, solamente la corona de duque; en el lomo, nervios cuajados y, en el pie, la firma del encuadernador “L. Binet”; los cantos y contracantos están dorados y las guardas son de papel marmoleado. Las encuadernaciones suelen estar protegidas por una camisa de tela y un estuche. Por la calidad de las encuadernaciones y por la fecha de actividad del impresor podemos deducir que estas encuadernaciones fueron encargadas por Mariano Téllez-Girón, XII duque de Osuna.
Sello oval
En algunos ejemplares (no demasiados) aparece también un sello oval con la corona ducal y la inscripción “Biblioteca G.l del E.S. Duque de Osuna e Inf.do”.
En los libros de la biblioteca de la casa de Osuna podemos encontrar también dos tipos diferentes de signaturas manuscritas. La primera, una secuencia de grupos de números separados por un signo igual o un guión escritos a tinta en la contra tapa. La segunda, una signatura con una estructura completamente distinta: “Plút. [número romano]. Lit. [letra mayúscula] Nº [número arábigo]”, escrita con tinta, frecuentemente en la hoja de guarda volante o en las hojas de respeto, aunque también se han encontrado en la tapa o en la portada. Es una signatura que aparece con más frecuencia en libros encuadernados en pergamino que en otro tipo de encuadernaciones.
Signaturas manuscritas
Lilao, a partir de la comparativa de algunos de los ejemplares que posee la Universidad de Salamanca, concluye que “ordenada como está la tabla por las signaturas «plúteo», parece deducirse que hay una disposición por tamaños, pues según avanzamos en el plúteo, va disminuyendo el tamaño de los libros”[26]. Añade que “la mayoría de los libros que la llevan –no nos atrevemos a afirmar que sean todos– carecen del superlibros dorado de la biblioteca ducal; y, al contrario, aquellos libros con el supralibros dorado no llevan la signatura «plúteo»”.
Marcas de procedencia en manuscritos
Hay otras dos marcas de procedencia que encontramos solamente en ejemplares manuscritos. Una es la palabra “Duque”, manuscrita en tinta en la parte superior del lomo de encuadernaciones en pergamino. Y la otra es una etiqueta pegada en la parte superior del lomo con un número escrito a tinta azul; los números de las etiquetas localizadas oscilan entre el 1 y el 202.
El supralibros dorado en la tapa anterior con el monograma estampado con las letras del apellido “Pimentel” entrelazadas dentro de una corona de laurel.
Supralibros dorado con las letras del apellido “Pimentel”
Este supralibros identifica los libros que formaban la biblioteca[27] personal de María Josefa Alonso Pimentel, condesa-duquesa de Benavente, quien unió su casa con la de Osuna al casarse con su primo Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pachecho, IX duque de Osuna en 1771. Además, la mayoría de los libros tienen en la guarda tapa una pequeña etiqueta blanca con un código alfanumérico impreso formado por una “C.” seguida de un número que, en los ejemplares localizados en la BNE, oscila entre el 1 y el 34. Se han localizado solamente cinco ejemplares sin supralibros pero con etiqueta.
Etiqueta blanca con un código alfanumérico
Los ejemplares pertenecientes a la BNE tienen, además, otra anotación manuscrita que nos permite identificar los libros impresos de la casa de Osuna. Es la secuencia “Inv. [número]-[número]” escrita en lápiz en la guarda tapa. El primer grupo de números suele oscilar entre el 50 y el 99 y el segundo entre el 1 y el 9. Esta secuencia se añadió cuando los libros ingresaron en la BNE, aunque no está claro si hace referencia a una ubicación física, a un inventario o a otro criterio.
Secuencia escrita en lápiz en la guarda tapa
La procedencia de los ejemplares de la Biblioteca de Osuna se anotó en las fichas catalográficas que forman el topográfico de la BNE, junto a la secuencia “Inv. [número]-[número]”. Esto ha permitido identificar algunos ejemplares sin marcas de procedencia pero que tenían la secuencia “Inv. [número]-[número]” en la guarda tapa y la procedencia “B. de Osuna” en la ficha catalográfica.
Ficha catalográfica del ejemplar 2/25377. A la izquierda, anotación manuscrita “Inv. 70-3” y en la parte inferior la procedencia “B. Osuna”
Esta primera aproximación a los fondos de la biblioteca de la casa de Osuna que custodia la Biblioteca Nacional es resultado del proyecto de identificación, localización y catalogación de los ejemplares que pertenecieron a la biblioteca personal de María Josefa Alonso Pimentel, condesa-duquesa de Benavente y duquesa consorte de Osuna, proyecto financiado por el Ayuntamiento de Madrid como parte de los trabajos previos para la creación de un museo en el palacete del parque El Capricho en la Alameda de Osuna. Para un estudio más profundo y detallado de la biblioteca de la casa de Osuna, se pueden consultar los siguientes documentos en la BNE: el Catálogo alfabético de la Biblioteca del Duque de Osuna en 26 volúmenes (MSS/10958-MSS/10983) fechado en el siglo XVIII, los Papeles referentes a la Biblioteca del Duque de Osuna (MSS/11336, MSS/11337, MSS/11338 y MSS/10826), el Project de bibliothéque dressé d'après les notes remises par S.E. Madame la Duchesse d'Osuna (MSS/11140), el Borrador del informe sobre la compra de la Biblioteca del Duque de Osuna elaborado por la Comisión formada para el caso (MSS/22507/46), la Documentación relativa a la incorporación de la biblioteca del duque de Osuna, 1887-1888 (BNE-A, CTD 484/001) y el Catálogo de la biblioteca de Mariano Téllez Girón y Beaufort, duque de Osuna (BNE-A, BN 0022/044).
Núria Cangròs i Alonso
[1] Marichalar, Antonio. Riesgo y ventura del duque de Osuna. Madrid: Visor Libros, 2012. [2] Para hacerse una idea de los títulos acumulados por la casa de Osuna, ver el “Anexo 2.1. Titulares de la casa de Osuna”, en Atienza Hernández, Ignacio. Aristocracia, poder y riqueza en la España moderna: la casa de Osuna, siglos XV-XIX, Madrid: Siglo XXI de España, 1987, p. 110-112. [3] Dictamen sobre la adquisición de la biblioteca de Osuna [4] Nombrada por Real Orden de 8 de junio de 1877. [5] Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año IX, núm. 4, p. 115 [6] Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año IX, núm. 4, p. 113-116 [7] Marichalar, op. cit., p. 96. [8] Atienza Hernández, op. cit., p. 278. [9] De esta primera biblioteca nos dice Riaño lo siguiente: “Fue su fundador en el siglo XV el insigne literato D. Íñigo López de Mendoza, primer marqués de Santillana, quien la estableció en su casa solariega de Guadalajara, y de este origen y procedencia se conservan todavía más de sesenta códices preciosos, que contienen: textos de escritores italianos, provenzales y franceses; versiones castellanas, acaso las primeras que se hicieron en nuestra lengua, de historiadores y poetas clásicos; obras selectas de autores sagrados, alcanzando sobre todos ellos la preferencia los manuscritos españoles de amena literatura, y la rica colección de crónicas”. En Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, año IX, nº 4, p. 113-114. [10] La biblioteca del Infantado, dice Atienza, “aportaba cerca de sesenta mil volúmenes, con una de las más ricas colecciones del país de manuscritos”. En nota a pie de página Atienza cita el “Inventario y tasación de la biblioteca del duque de Osuna”, realizado en el año 1823, que actualmente se encuentra en el Archivo Histórico de la Nobleza (OSUNA, C.3445, D.16). Atienza Hernández, op. cit., p. 278. [11] En 1841 fallece Pedro de Alcántara Álvarez de Toledo y Salm-Salm, XIII duque del Infantado y de Pastrana, tío de Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Beaufort Spontin, XI duque de Osuna y, desde ese momento, XIV duque del Infantado. [12] Cifras tomadas del informe que acompaña al Real Decreto de 29 de junio de 1884 autorizando al Ministerio de Fomento para que presente a las Cortes un proyecto de ley sobre la adquisición de la biblioteca del duque de Osuna. En el informe manuscrito elaborado por la comisión, que se conserva en la BNE (MSS/22507/46), consta la cifra de 660 folletos. [13] Real Decreto de 29 de junio de 1884 [14] Dictamen sobre la adquisición de la biblioteca de Osuna, p. 268 [15] Menéndez y Pelayo, Marcelino. Epistolario, tomo 6, enero 1883-noviembre 1884, Madrid: Fundación Universitaria Española, 1983, p. 443 [16] Peñalver Gómez, Eduardo. “Libros procedentes de la biblioteca del duque de Osuna”, en Fondos y procedencias: bibliotecas en la biblioteca de la Universidad de Sevilla. Sevilla: Universidad, 2013, p. 287-292. [17] La Comisión, en el borrador de su informe en relación con la valoración económica de la biblioteca y su precio final, escribe lo siguiente: “En cuanto a valorar los impresos y manuscritos de la Biblioteca de Osuna, no halla la Comisión inconveniente alguno en hacerlo respecto a los primeros, que después de maduro examen fija en la cantidad de 280.000 pesetas; mas por lo que hace a los manuscritos, V.E. comprenderá que son inapreciables. No es posible estimarlos ni aun aproximadamente: su precio depende de las exigencias de su actual propietario y del mayor o menor deseo que tenga el Gobierno de adquirirlos. Las gestiones llevadas a cabo por la Comisión en este sentido, han dado por resultado obtener de la Excma. señora duquesa viuda de Osuna la considerable rebaja de quinientas mil pesetas, puesto que de un millón cuatrocientos mil que indicó en un principio como valor de toda la colección y de las estanterías en que se custodia, ha llegado a fijar como precio definitivo el de novecientas mil pesetas”. Borrador del informe sobre la compra de la Biblioteca del Duque de Osuna: elaborado por la Comisión formada para el caso (MSS/22507/46), f. 18r-19r. [18] Menéndez y Pelayo en carta a Gumersindo Lavarde, fechada a 10 de julio de 1884, escribe: “Hoy hemos votado una ley para la adquisición de la Biblioteca de Osuna. Yo he hecho el preámbulo, que es una especie de historia compendiosa de esta célebre colección”. Menéndez y Pelayo, Marcelino, op. cit., p. 443. [19] Ley de 14 de agosto de 1884. [20] No existe ningún índice o catálogo de todas las obras que no ingresaron en la Biblioteca Nacional ni inventarios parciales en la mayoría de las bibliotecas donde fueron a parar pero en los últimos años se han publicado algunos trabajos que arrojan un poco de luz en la aún poco estudiada y documentada biblioteca de la casa de Osuna. Los trabajos de Eduardo Peñalver Gómez de la Universidad de Sevilla, Óscar Lilao Franca de la Universidad de Salamanca y Francisco Javier Villar Teijeiro de la Universidad de Santiago de Compostela tratan de los ejemplares de la biblioteca de la casa de Osuna depositados en sus respectivas bibliotecas. En la Universitat de València hay el Catálogo de las obras que existen en la Biblioteca Universitaria y Provincial de Valencia procedentes de la Biblioteca del Duque de Osuna y en la Universitat de Barcelona la Lista de las obras remitidas a esta biblioteca provincial y universitaria de Barcelona procedentes de la Librería del Duque de Osuna y arregladas por orden alfabético. Óscar Lilao, además, cita otro listado en la Universidad de Zaragoza. [21] Lilao Franca, Óscar. “La biblioteca de la casa de Osuna en las bibliotecas universitarias españolas: marcas de procedencia”, en Pecia Complutense, 2015, año 12, núm. 22, p. 34-44. [22] Luis Zapata, en el canto XXV de Carlo famoso describe las armas de los Girón de esta manera: “Y los Girones tres de colorado / en el campo de oro, o de amarillo, / qu’encima dellos tienen al un lado / el león, y al otro, junto a él, el castillo; / con escaques en torno arrodeado / de color de amapola y de membrillo / los traen los de Girón, del que se halla / que al Rey tomó el girón en la batalla”, citado en Marichalar, op. cit., p. 17. Y sigue la descripción Marichalar: “Traen los Girón, de antiguo, un corcel blanco y alocado, que con rosas por freno y con las bridas rotas, se encabrita en el alto florón de la corona”, p. 18. [23] Fernández de Navarrete, Martín. Colección de documentos inéditos para la historia de España. Tomo CIX. Madrid: Viuda de Calero, 1842-1883, p. 475. [24] Castañeda, Vicente. Ensayo de un diccionario biográfico de encuadernadores españoles. Madrid: Maestre, 1958, p. 116-118.[25] Castañeda, Vicente. Ensayo de un diccionario biográfico de encuadernadores españoles. Madrid: Maestre, 1958, p. 36. [26] Lilao Franca, op. cit., p. 40-41. [27] En la BNE se han localizado 429 impresos (596 volúmenes) y 12 manuscritos (13 volúmenes) que pertenecieron a la condesa-duquesa de Benavente.
Me ha entusiasmado este post. ¡Muchas felicidades a la autora!