Carlos Latorre de Augusto Guglielmi (entre 1801 y 1900?)

El 28 de marzo de 1844, un joven Zorrilla estrenaba en el Teatro de la Cruz Don Juan Tenorio. La obra nació de la petición del actor Carlos Latorre, que daría vida a Don Juan. El poeta admiraba al célebre actor Julián Romea (primer actor del teatro del Príncipe), pero se había comprometido con el Teatro de la Cruz para estrenar allí sus obras. En abril de 1844 llegó a este coliseo Carlos Latorre, que pidió a Zorrilla una obra nueva. El autor escribió Don Juan Tenorio en tres semanas.

Según recogía el periódico El Corresponsal, a los tres días del estreno, Latorre destacó en escena dando vida “al verdadero Don Juan”. Los aplausos no solo se dirigieron al actor, sino que el público aclamó a Zorrilla hasta que este tuvo que subir al escenario para ser recibido con honores.

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El Laberinto, periódico universal

Las críticas de otras publicaciones no fueron tan amables. En El Laberinto consideraron la obra como “muy floja” en casi todo: “la maquinaria, decoración y disposición de la escena es de lo más infeliz que buenamente puede imaginarse. La gloria que aparece al morir Don Juan, y en la que se ve su alma y la de Doña Inés en forma de dos llamitas de candil, haría soltar la carcajada al público del teatro francés de Argel”.

Sin embargo la crítica más voraz parte del propio Zorrilla: “Mi Don Juan es el más grande disparate que se ha escrito, porque siendo yo al imaginarlo un chico tan atrevido como ignorante, ni pensé el plan ni supe lo que hice. No tiene carácter, ni lógica, ni consecuencia ni sentido común”. Quizás esta poca confianza en su Don Juan le hizo vender todos los derechos de la obra poco antes de ser estrenada.

El público, por su parte, no lo percibió del mismo modo que el autor y, tras su reestreno el 1 de noviembre de 1844, convirtió en tradición que Don Juan Tenorio llegara al Teatro Español cada noche de Todos los Santos.

Laura Alonso Arce