Javier Díaz Noci

Hipertext.net, ISSN 1695-5498, n. 25, 2022, p. 113-122

La irrupción de los sistemas de inteligencia artificial (IA) aplicados a la producción de noticias plantea una serie de cuestiones legales que se examinan en este artículo. El concepto central es el de originalidad y creatividad, requisitos legales para poder atribuir la autoría y poner en marcha los mecanismos de protección jurídica sobre una obra, sea esta simple o en colaboración, e incluso compuesta. El tipo de obra que plantea más interrogantes es la obra derivada, obtenida a partir de la transformación de obra u obras preexistentes, cuyos derechos de paternidad de los autores y de explotación económica de los derechohabientes hay que respetar en todo momento. Las prácticas de los sistemas de aprendizaje basados en inteligencia artificial, que reconocen explícitamente que se basan en una gran variedad de obras protegidas por el derecho de autor, crean numerosos interrogantes, sin que puedan acogerse a la excepción del fair use, por otra parte, únicamente aplicable a obras que han sido producidas en las jurisdicciones de la tradición jurídica de Common law, pero no en el resto de países con un sistema autoral de protección de la propiedad intelectual. La cuestión de si un sistema de IA se puede considerar un autor no es nueva ni irrelevante. Si la respuesta es que no puede considerarse como tal, ya que no es un humano, entonces el trabajo creado utilizando ese sistema tiene un autor humano, que es quien lo ha solicitado. Aquí entra el concepto de “asistencia”. Prácticamente todos los trabajos creados con IA usan “resultados asistidos”, no son trabajos concebidos de manera espontánea y ejecutados exclusivamente por máquinas. Los sistemas de IA creativos o generativos son los que plantean mayores problemas legales. Por ejemplo, en el caso de la música, ya que los modelos generativos se basan en música ya existente (con autores), el riesgo de que sean acusados de plagio es alto. Esto también pasa con la creación de imágenes, cómics, etc. Un caso particular es el de la publicación de noticias, ya que existen empresas que utilizan la IA para apropiarse de informaciones ajenas y presentarlas como un producto propio. La IA va a estar muy presente en el futuro y es necesario regularla y ponerla al servicio de los humanos. El trabajo de las personas es insustituible, pero sí se puede disminuir para reducir costes. Una de las claves para mantener el respeto a los derechos de autor es la trazabilidad: los trabajos preexistentes deberían ser detectados por otros sistemas de AI competidores. Los periodistas tienen cada vez más difícil luchar contra la desinformación, la falta de interés y la poca fiabilidad en las noticias. Quizá la IA pueda ayudar a este respecto, por ejemplo ayudando a verificar cada línea ofrecida a los usuarios.

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