Bibliotecas en la primera línea: los profesionales de la información deben estar preparados para las catástrofes
Libraries on the front lines: the imperative for disaster-ready information professionals
Feili Tu-Keefner, April Hobbs y Denise Lyons
Journal of library administration, ISSN 1988-2890, Vol. 65, nº 1, 2024, pp. 79-99.
Además de ser espacios para el acceso a la información, las bibliotecas públicas se han convertido en proveedores fundamentales de servicios comunitarios y participación ciudadana. Este estudio investiga las habilidades y capacidades que el personal de las bibliotecas públicas debe desarrollar para prestar atención a las necesidades y deseos de la comunidad en tiempos de crisis y cómo formarles para ello. El objetivo principal es poner en valor el servicio de información consistente, rápido y adaptado a la comunidad que los bibliotecarios prestan durante situaciones de emergencia tales como huracanes, inundaciones, incendios, apagones o terremotos. Entre 2015 y 2013 se realizaron encuestas, grupos focales, entrevistas en profundidad y visitas a las bibliotecas públicas para medir la capacidad de liderazgo e inteligencia emocional del personal durante dichas situaciones de crisis en regiones de Estados Unidos. Los datos obtenidos se organizan en cinco tipos ideales o categorías: autoconciencia y creación de sentido; autorregulación; motivación, toma de decisiones y coordinación; empatía, creación de significado y habilidades sociales, aprendizaje, cambio y resolución de crisis. Los resultados de la investigación muestran que los roles de liderazgo y capacidad de respuesta ante desastres se manifiestan en una actitud proactiva y adaptativa a las circunstancias cambiantes, el trabajo en equipo y la relación y comunicación con otras instituciones públicas del lugar o en la difusión eficaz de la información esencial por canales fiables, entre otros. También muestran que las situaciones de crisis se convierten en situaciones de aprendizaje para el personal bibliotecario y que las experiencias pueden servir para planificar o reformar programas integrales de formación y de educación permanente. En definitiva, para garantizar que las bibliotecas sigan satisfaciendo las necesidades de información de la comunidad es fundamental la capacitación y desarrollo profesional del personal en situaciones de crisis.