Análisis de las facetas: la evolución de una idea
Facet analysis: the evolution of an idea
Vanda Broughton
Cataloging & classification quarterly, ISSN 1544-4554, Vol. 61, n. 5-6, 2023, p. 411-438
Este artículo traza la historia de la clasificación facetada y cómo se ha utilizado en diferentes contextos. Las facetas han afectado a casi todas las áreas de la organización y gestión de la información, y se han aplicado a todo tipo de sistemas de indización y recuperación, con diferentes propósitos. Sus inicios tuvieron lugar en la India, a través del trabajo de S. R. Ranganathan y sus seguidores. La primera idea del sistema le llegó a Ranganathan en 1924 siendo estudiante en Londres, cuando se cruzó con un juego de Mecano que le inspiró para solucionar los problemas de clasificación a los que se enfrentaba. Aunque el término “faceta” no se empezó a utilizar hasta más tarde, el concepto ya existía desde el primer momento. Lo esencial para la clasificación facetada es el uso de categorías fundamentales como herramienta para el análisis de conceptos en un campo. Las cinco categorías básicas son personalidad, materia, energía, espacio y tiempo. Ranganathan fue acusado de falta de concreción y de usar una terminología esotérica. En 1950 se creó el Classification Research Group (CRG) liderada por Brian C. Vickery, quien se apartó de la teoría a gran escala de la clasificación y cuyo objetivo más directo fue resolver problemas cotidianos. Una diferencia significativa respecto a la teoría de Ranganathan fue la identificación de una serie mucho más amplia de categorías fundamentales, y por lo tanto de facetas, y la noción de que se podrían agregar categorías adicionales generadas por el análisis de cualquier campo. La creación del CRG se debió a la necesidad de una documentación eficiente de la ciencia, y en particular al desarrollo necesario de una herramienta que apoyara la investigación científica. Las estrategias basadas en facetas y los análisis basados en categorías se expandieron por todo el mundo muy pronto. Las facetas permiten el análisis y la codificación, la recuperación de la información, la creación de tesauros y vocabularios o la estructuración de registros bibliográficos. En la actualidad las bibliotecas usan habitualmente las facetas en el desarrollo de herramientas de descubrimiento y ontologías. Las facetas también se han aplicado a todo tipo de tareas: organización, recuperación, navegación visualización, etc. De igual manera, han sido clave para el análisis de áreas de conocimiento, el análisis semántico de textos e imágenes y la construcción de la Biblioteconomía. Probablemente constituyen la herramienta intelectual más poderosa de la moderna gestión del conocimiento.