Bibliotecas digitales en tiempos de pandemia
Miquel Térmens Graells
Clip del SEDIC, ISSN 2659-2983, n.83, 2021
El debate analiza a través de una serie de preguntas planteadas a cinco profesionales responsables de bibliotecas digitales españolas, los cambios experimentados en su servicio a causa de la pandemia de la Covid-19. El debate ha tenido dos niveles de reflexión, el más próximo provocado por el impacto de la pandemia, y el más alejado en el que se discute sobre el presente y el futuro de las colecciones digitales dentro de las bibliotecas.
El aumento de la demanda de información digital no ha sido un problema para aquellas bibliotecas ya más avanzadas en ofrecer este tipo de información, como son las bibliotecas universitarias y las especializadas como Memoria de Madrid. En cambio, han sufrido aquellas bibliotecas patrimoniales en las que el núcleo de su colección solo puede ser consultado de forma presencial, como la BNE y la Biblioteca de Catalunya. En todos los casos se ha remarcado que la actual oferta de contenidos digitales es parcial y no atiende ni a todas las necesidades informativas ni a todas las tipologías de usuarios; en las actuales colecciones digitales, sean de digitalización propia o de contratación externa, existe un evidente sesgo hacia los materiales orientados a la investigación o los materiales “preciosos” (fondo antiguo...), que no se corresponde necesariamente con los usuarios mayoritarios a los cuales ha de atender cada biblioteca. El estado de alarma puso de manifiestoque a pesar de que la mayoría de las bibliotecas cuentan con un elevado nivel de informatización, éste dista mucho de estar optimizado para permitir el teletrabajo de la mayoría del personal. En cuanto a los servicios, los entrevistados han coincidido en destacar dos aspectos. El primero es la importancia de contar con servicios de comunicación directa con los usuarios, sea para informarles de nuevos materiales o sea para dar soporte a sus preguntas y problemas; aquí han destacado el poder de las redes sociales junto a otros como la atención telefónica, el WhatsApp o el chat. En segundo lugar han destacado la necesidad de mantener el contacto personal, la presencialidad, sin la cual las bibliotecas pierden buena parte de sus poderes. En último lugar han coincidido en que estamos en una sociedad plenamente digital, sin vuelta atrás. En este contexto la brecha digital existe, pero las bibliotecas digitales, de forma presencial y también digital, son herramientas esenciales para su reducción. En el ambiente de las respuestas ha planeado un cierto aire de fin de ciclo, el que las bibliotecas españolas empezaron en los años noventa con la informatización y luego a incorporación de contenidos digitales. Ya no es posible ver lo físico y lo digital como ámbitos separados, ni vivir de la inercia del pasado. El mayor problema actual de los usuarios ya no es la falta de información, que antes ofrecían en exclusiva las bibliotecas, si no su exceso, que pueden obtener fácilmente en internet, por su cuenta.
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Conclusiones de la propia publicación