An accidental datahound: Transitioning skills to experience and application
Douglas Black
College & Research Libraries, ISSN 2150-6701, Vol. 78, n. 8, 2017, p. 436-437
Cuando el autor estudiaba para convertirse en bibliotecario no veía mucho sentido a la recolección de datos, un trabajo que veía apartado del elemento humano que debía caracterizar su labor. Al empezar a trabajar conoció un estudió que demostraba que los bibliotecarios pasaban más tiempo atendiendo unas pocas llamadas de larga duración que las múltiples llamadas cortas que tan a menudo recibían. Ese estudio le demostró que cualquier estadística es siempre una instantánea con sus limitaciones y que puede dar pie a diversas interpretaciones.
El estudio también dejaba patente la poca información que da un estudio limitado a respuestas simples. Lo que aprendió fue que la información más útil no viene de números sin contexto, sino que necesitan ser analizados. Los datos de préstamo interbibliotecario son usados a menudo para seleccionar material, pero tiene otras aplicaciones, como la necesidad de mejorar las webs de las bibliotecas o las herramientas de búsqueda. Esto demuestra que los datos pueden ser utilizados más allá de sus aplicaciones más obvias. Un estudio exhaustivo sobre bases de datos y conjuntos de revistas requiere recogida de una masa de datos sobre costes históricos, uso y otras informaciones. La recogida de datos puede no solo ayudar en las decisiones sobre la colección, sino también para educar a los usuarios. Sobre todo demuestra que las operaciones bibliotecarias pueden funcionar en conjunto como un todo. Los números por sí mismos no son el objetivo, la apreciación profesional es importante y los datos nos muestran cómo los humanos interaccionan entre ellos y con las ideas.
Resumen elaborado por Antonio Rodríguez Vela