Lending Kindle e-book readers: first results from the Texas A&M University project

Lending Kindle e-book readers: first results from the Texas A&M University project
14 de Septiembre de 2012

Dennis T. Clark

 

Collection Building, Vol. 28, n. 4, 2009

Aunque los lectores de e-books llevan existiendo desde hace más de 10 años, no fue hasta el lanzamiento del Amazon Kindle en 2007, cuando los consumidores aceptaron estos dispositivos como posibles alternativas al libro impreso. El Kindle ha sido objeto de críticas debido a sus características de diseño y a la limitada disponibilidad de títulos, ya que solamente es posible descargar títulos en el Kindle desde la web de Amazon. Pese a ello, muchas bibliotecas norteamericanas han decidido prestar estos dispositivos porque consideran que presentan un gran potencial para incrementar el uso de las colecciones. En este artículo se ofrece una visión general de las distintas experiencias de préstamo de e-books en diferentes bibliotecas de Estados Unidos. Existen diferentes modelos de préstamo. En algunos casos, los dispositivos se prestan con una serie de títulos ya cargados. En otros, se permite al usuario hacer una petición de un título determinado, de forma que éste se carga en el Kindle y la biblioteca corre con los gastos. El artículo se centra de forma especial en el proyecto desarrollado por la Texas A&M University. En esta biblioteca, se desarrolló un modelo similar al de la North Carolina State University, en el que el usuario hace una solicitud a través de un formulario via web, de forma que la biblioteca compra los títulos solicitados por el usuario a través de una cuenta en Amazon y los carga en el kindle que le presta al usuario que hace la petición. Las bibliotecas de la Texas A&M University tienen una política de compra según la cual se adquiere cualquier libro impreso solicitado por un usuario con un valor inferior a los 150$. La misma política empezó a aplicarse también para los Kindles. Tras una amplia campaña de márketing, el servicio obtuvo un éxito aplastante. Al principio empezaron prestándose 6 kindles. Luego se pasó a 12, y finalmente a 18. A pesar de todo, no conseguían responder a la elevada demanda, por lo que tuvieran que cambiar la política de préstamo, que inicialmente permitía solicitar 3 títulos simultáneamente a un usuario, durante un periodo de 2 semanas, y finalmente se limitó a un título y una semana. Ninguno de los kindles se devolvió dañado. A través de entrevistas informales, se pudo saber que algunos usuarios se llevaban el kindle sólo para explorar su funcionalidad y no para leer contenidos. Una de las principales desventajas es su poca utilidad para la literatura científica, ya que los gráficos no se presentan en el Kindle con la calidad suficiente.

Resumen elaborado por : Mayte Blasco Bermejo

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