Posteriormente, entre 1953 y 1959, hizo la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de su ciudad natal, donde también se doctoró con una tesis sobre el poeta José Luis Hidalgo (1919-1947), tutorizada por el profesor Francisco López Estrada. Durante ese tiempo, daba clases particulares que compaginaba con sus estudios.

Mientras tanto, se introdujo en la escena poética de la facultad, donde reinaba una tendencia de renovación de la lírica, además del deseo de acercar sus propuestas a un nivel más nacional. López Estrada se esforzó en fomentar la poesía joven del momento, con convocatorias, grupos y tertulias a las que acudían figuras ya asentadas, como José Hierro o Vicente Aleixandre.

Trabajo académico y primeras publicaciones

En 1960 inició su tesis, mientras estaba contratada como profesora adjunta por López Estrada. Además de dar clases y escribir la tesis, también organizaba seminarios para estudiar a poetas como Cernuda y Lorca, a quienes admiraba profundamente. Hierro, que conoció a Hidalgo, colaboraba con ella en el acceso a documentos sobre el poeta durante una estancia en Santander que realizó en 1961.

Uceda publicó su primer libro en 1959, Mariposa en cenizas, cuyo título procede de un verso de la «Soledad primera» de Luis de Góngora. Este libro le abrió la puerta a los círculos literarios de Madrid e inicia su amistad con Concha Lagos.

Consolidación literaria y compromiso político

Publicó Extraña juventud (1962), con el que queda finalista del Premio Adonáis, después de un viaje a París en el que creció su compromiso político y con el que se hizo afín a las protestas antifranquistas. Sin embargo, su poesía era poco similar a la corriente literaria de esa época, el realismo social. Esto mismo le ocurría con el libro Sin mucha esperanza (1966): pese a ser reivindicativo, no sigue la tendencia descriptiva de aquel periodo.

Perteneció al Cuerpo Auxiliar de Archivos, Bibliotecas y Museos desde 1957, aunque cuando terminó la tesis, en 1963, intentó establecerse como profesora en su Universidad, pero solo le ofrecían serlo de manera no numeraria. Así que en 1966 aprobó la oposición a la Cátedra de Lengua y Literatura Españolas y fue destinada al Instituto de Enseñanza Media «Columela» de Cádiz.

Etapa estadounidense 

Sin embargo, después de ponerse en contacto con otros poetas y profesores de universidades en el extranjero, la Michigan State University le ofreció ser profesora visitante durante el curso 1966-1967 y se trasladó a Estados Unidos ese mismo año. Cherry Lane, que posteriormente daría nombre a su poemario publicado en 1968, era la calle en la que vivió durante su primera época estadounidense. En este libro medita sobre la transformación de la identidad propia ante los cambios y la experiencia de vivir en el extranjero.

Durante ese tiempo conoció al que sería su marido, Rafael Palacios, que se mudó a Michigan para terminar sus estudios en psiquiatría.

Su situación de poeta y profesora exiliada era compartida con otros escritores españoles, como Ramón Menéndez Pidal, que fue profesor en la Universidad de Columbia, o Pedro Salinas, que lo fue en el Wellesley College, al igual que Jorge Guillén. Aunque había otras instituciones y redes de españoles exiliados en Estados Unidos, su amistad más profunda se dio con Ramón J. Sender.

Ella y su marido pasan dos años en Oviedo, pero en 1974 se acaban marchando a Irlanda, a Bohernamoe, un pueblo próximo a Dublín. Allí termina de escribir Campanas de Sansueña (1977), y Viejas voces secretas de la noche (1981), además de En elogio de la locura, un libro de cuentos. En estos poemarios hizo una indagación mayor hacia su propio interior, con una lírica de ecos sanjuanistas.

En 1976 se estableció en España de nuevo, en la localidad de Ferrol, cerca de la naturaleza, donde recuperó su cátedra de profesora y volvió a dar clase en los institutos aledaños.

Reconocimientos y madurez política

Aunque se publicó una antología con sus poemas publicados hasta 1990 (Del camino de humo), una década después apareció En el viento, hacia el mar (1959-2002), donde se recopilaba toda su obra poética y que, además, recibió el Premio Nacional de Poesía en 2003. A partir de aquí se sucedieron varios premios y reconocimientos, hasta que publicó Zona desconocida, que recibió el Premio Nacional de la Crítica, con el que culminó la vía metafísica de su poesía.

Su último libro, Escritos en la corteza de los árboles (2013), está lleno de recuerdos: el tiempo ha pasado por su vida, pero también por el mundo y une la creación del habla con los primeros rumores internos, sin olvidar el potencial del silencio. Falleció el 21 de julio de 2024 en San Salvador de Serantes (Ferrol, A Coruña). Asió su existencia «como a un viento domado».

Premios y distinciones

• 1961: Premio Adonáis de Poesía por el libro Extraña juventud
• 2003: Premio Nacional de Poesía por el libro En el viento, hacia el mar (antología)
• 2005: nombrada Hija Predilecta de Andalucía
• 2006: Premio de la Crítica de poesía castellana
• 2009: nombrada Hija Adoptiva de la ciudad de Ferrol y es nombrada Miembro de Honor de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras (aunque había ingresado en 1985)
• 2016: Premio Andaluz de las Letras Luis de Góngora y Argote
• 2017: Autora del año Andalucía 2017
• 2019: Premio Internacional de Poesía García Lorca – Ciudad de Granada
• 2021: Recibe la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes 
   

(Servicio de Información Bibliográfica)