Creció, pues, en un ambiente liberal y acomodado, que estimuló sus inquietudes intelectuales. Huérfana desde joven, en 1913 contrajo matrimonio en Perú con su primo Sixto Gutiérrez, quien la abandonó a los quince días del enlace.

Durante la década de los años veinte, de la Torre colaboró en la prensa regional, redactó dos ensayos que publicaría unos años más tarde y se centró en un serie de proyectos como la fundación de la Academia Torre, en su Cabezón natal, un centro de enseñanza basado en los principios de la Institución Libre de Enseñanza, donde enseñaba de manera gratuita música académica y folclore; y la creación del Orfeón de Voces Cántabras, que se ocupó de rescatar canciones populares de Cantabria como la Danza de Ibio, que presentaron en el festival de la English Folk Dance de Londres de 1932. Una de sus primeras actuaciones políticas fue el impulso de las Casas campesinas en Cantabria, una organización al estilo de las Casas de Pueblo, centrada en el mundo rural. Al final de la década publicó dos ensayos socio-políticos, Don Quijote, Rey de España (1928) y El Ágora (1929).

Activista política

En 1931 se afilió al Partido Socialista Obrero Español y fue elegida diputada por Asturias en 1933. Solicitó el voto para las mujeres y en 1934 puso su esfuerzo en la defensa de los huelguistas asturianos que estaban siendo duramente reprimidos. Durante esta época, destacaron sus colaboraciones en El Socialista y La Región y publicó la novela El banquete de Saturno (1931).

De la Torre, que había establecido relaciones de amistad con personalidades como Indalecio Prieto, Negrín y María Lejárraga, Ramón González Peña o Ramón Lamoneda, repitió como candidata socialista, volviendo a ser elegida diputada a Cortes del PSOE por la circunscripción de Oviedo en 1936, llegando a ocupar la Dirección General de Comercio y Política Arancelaria en el gobierno de Francisco Largo Caballero.

Exilio

Iniciada la guerra civil, decidió exiliarse en Marsella, ciudad donde su hermano dirigía la sede del Banco Exterior de España. Desde allí colaboraba con la revista Norte, que servía de órgano de expresión de los partidarios de Negrín. En 1940 Publicó Mares en la sombra y ese mismo año embarcó rumbo a México, desde donde siguió apoyando a Negrín como presidente del Consejo de Ministros en el exilio.

Su gran obra del periodo 1940-1946 es la redacción de sus diarios de guerra, donde narra sus recuerdos como diputada en las sesiones a las que asistió durante la guerra civil. Este texto, recuperado en 2015 con el título de Las Cortes republicanas durante la Guerra Civil, había permanecido inédito hasta que fue publicado por el Fondo de Cultura Económica de México.

Matilde de la Torre, de salud delicada desde 1944, falleció en Ciudad de México el 19 de marzo de 1946 y fue enterrada en el Panteón Español.

Precisamente ese año, el Partido Socialista expulsó a Negrín y a otros 35 militantes, entre los que se encontraba de la Torre a título póstumo. No sería hasta 2008, durante el XXXVII Congreso Federal del PSOE, cuando fuera readmitida en el partido, junto al resto de militantes expulsados.

(Servicio de Información Bibliográfica)