Abandona pronto la abogacía para dedicarse a escribir y al periodismo, que es su gran pasión, a la que va a dedicar también su gran fortuna.
Primeras novelas
Durante sus años de estudiante escribe las novelas cortas Cuentecitos y La mala sombra así como un libro de cuentos y poemas, Todo malo, que se publican entre 1893 y 1895.
Sus primeros trabajos periodísticos los realiza en las revistas Poquita Cosa, Vigo Juvenil y el diario El Independiente. Ya en 1899 se traslada a Madrid, comenzando su trabajo como redactor en el periódico El Globo en donde refleja su defensa por los intereses de Galicia.
Producción literaria
De nuevo en Vigo en 1902, colabora en la revista literaria Santiago y compra el periódico El Independiente, para el que había trabajado y que en 1903 sale a la calle con el nombre El Noticiero de Vigo. Su publicación perdura hasta 1915.
En 1906 se casa con María Beiner Hoffer, con quien tiene una hija. Funda en 1909 Vida Gallega, la primera revista gráfica de Galicia donde el propio Solá, también buen fotógrafo, contribuye como autor de una buena parte del material gráfico. La revista tiene trayectoria hasta 1938. Durante los años 1911 y 1912 viaja a América, donde promociona con éxito su revista, sobre todo entre las colonias gallegas que allí residen.
Escribe varias novelas regionalistas a partir de 1917 como: Anduriña (1917), El alma de la aldea (1918), Ramo cativo (1918), El otro mundo (1919), Diablillos, Mis memorias, Celo por la salvación de las almas. Una crónica de viajes: Galicia ausente. En teatro una única obra: El diputado.
Sus ideas sobre el regionalismo gallego le crean graves problemas con los nacionalistas gallegos y con los integrantes de la asociación “Irmandade da Fala”.
En 1939 ingresa como académico en la Real Academia Gallega, pronunciando en su ingreso el discurso Sabios y periodistas. Fallece en Vigo el 9 de enero de 1940.
(Servicio de Información Bibliográfica)