Tras su salida del seminario, se instaló en Barcelona donde aprendió catalán, estudió en la Universidad de Barcelona y comenzó a escribir de manera profesional haciendo colaboraciones periodísticas para el diario El Sol, que tuvo que abandonar por problemas de salud. Además, escribió cuentos como La aguadora en mi casa o La apoteosis del Manco en el diario La Publicidad, así como sus Meditaciones profanas, artículos que ensalzaban las fiestas eclesiásticas en su aspecto externo. Asimismo, colaboró en el Arxiu de tradicions populars, publicación especializada en el folclore catalán y pionera del movimiento catalanista llamada a recoger todo vestigio oral de la tradición catalana y transcribirla para que perdure en el tiempo.
En sus primeros años de creación literaria escribió varias obras de temática religiosa como Místico amor humano (1925) y otras como El collar de lágrimas (1926), dirigida al público juvenil. A pesar de su origen no catalano-parlante, durante varios años recurre a esta lengua en sus escritos, como en Aventura sentimental d’una minyona (1931) comedia en tres actos que escribió en colaboración con Francesc Madrid, además de alguna novela breve y cuentos en catalán como La penedida y La dona de l’aigua (1937).
En los primeros años de la Segunda República trabajó para la Administración catalana y según algunas fuentes, militó en Esquerra Republicana de Catalunya, aunque otras lo ponen en cuestión. Tras su paso por prisión se le prohibió volver a trabajar para la Administración.
En el campo de la traducción ayudó a difundir la novela policíaca, de intriga y de aventuras de la época entre el gran público gracias a sus traducciones de autores como Agatha Christie, Jack London, Dostoievsky y también a los clásicos como Charles Perrault o Hans Christian Andersen. En este campo, fue pionero en España traduciendo obras del finés y del sueco como Seitsemän veljestä (Siete hermanos) de Aleksis Kivi.
Falleció en Barcelona el 1 de octubre de 1943.
(Servicio de Información Bibliográfica)