Se interesa desde muy joven por la literatura, escribiendo en 1898 sus dos primeros libros: Miniaturas y Colores grises y la novela Vida (1904), con clara influencia de Pío Baroja. En 1905, se traslada a Madrid trabando amistad con los escritores Francisco Villaespesa y Rafael Cansinos Assens.

Experto orientalista

Un nuevo traslado de su padre a Ceuta en 1906 y una etapa dedicada a viajar por Argelia, Túnez y Egipto, marcarán para siempre el interés del autor por la temática orientalista, de la que llega a ser un gran experto, un interés muy común a todos sus compañeros de generación. El conocimiento del mundo musulmán y el colonialismo del momento son el objeto de múltiples artículos que escribe en el periódico Heraldo de Madrid entre los años 1911 y 1919.

Su vertiente más modernista se refleja en las colaboraciones que realiza en revistas como: Renacimiento Latino, Idearium, Revista Latina, La Esfera, La Ilustración Española y Americana, Nuevo Mundo o Europa.

Al igual que en su faceta periodística se distinguen el orientalismo y el modernismo, en su obra literaria también se pueden señalar como obras orientalistas:  Voluptuosidad (1906), La fiesta de la sangre: novela mogrebina (1909), Los ojos de Astarté (1911), La agonía del Mogreb, Política colonista, Ambigua y cruel (1912), Lejana y perdida, En el país de los Cherifes, La corte de Tetuán, En tierras de Yebala (1913), Bajo el sol del desierto (1914) y Esmeralda de Oriente (1914). Su conocimiento del árabe le lleva a traducir en 1914 la obra El jardín de los deseos: poesías berberiscas de Sid Mojand. Entre sus obras modernistas se encuentran: Morena y trágica, Libro de las Victorias: diálogos sobre las cosas y sobre el más allá de las cosas (1908) y Alma infanzona (1910).

Los estudiosos del autor atribuyen a sus obras las siguientes características: prosa sensual, estética y refinada, estilo fastuoso, gusto por lo exótico centrado en un orientalismo apasionado, melancolía y pesimismo propios del fin de siglo, temática erótica y un declarado anticlericalismo.

Colaborador en la prensa

En 1915 obtiene un puesto como funcionario en el cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos que le lleva a distintos destinos, Segovia, Orihuela, Cáceres, Cádiz y finalmente Madrid, en el Archivo del Ministerio de Hacienda. Realiza colaboraciones en los periódicos Heraldo de Madrid y La Esfera, pero ya no publica ningún libro más.

Fallece en Madrid, junto a la mujer con la que convive y un hijo, el 7 de marzo de 1925. La causa de la muerte es una parálisis general progresiva provocada por una enfermedad contraída años atrás. La mala relación del autor con su familia hace que sus restos no sean trasladados hasta muy posteriormente a su muerte al panteón familiar del palacio de los Muñoz en Tendilla, Guadalajara, donde se encuentran actualmente. Deja inédita su novela La serpiente de Egipto, cuyo manuscrito es localizado en 1992 y se publica en 1997.

(Servicio de Información Bibliográfica)