Montseny Mañé, Federica

Montseny Mañé, Federica

1905
1994
Imagen
retrato-federica
Lugar de nacimiento
Madrid
Lugar de fallecimiento
Toulouse (Francia)
Categorías
  • Ensayistas y prosistas
  • Novelistas
  • Políticos

Fue la cuarta hija de los reconocidos anarquistas Federico Urales (Juan Montseny) y Soledad Gustavo (Teresa Mañé). Debió adaptarse a una vida constantemente mutable, por las diversas mudanzas de casa y vida por la situación precaria de sus padres, tanto por su situación económica como por sus ideas revolucionarias. Guió su educación su madre y vivió en un ambiente familiar marcado por un fuerte sentido de la libertad y el racionalismo.

Ello, y su pasión por la lectura, conformaron su aprendizaje moral, político, literario y social. Ya a los doce años acompañaba a sus progenitores en la actividad militante, y conoció muy joven a líderes sindicalistas destacados, como Lluís Companys, Ángel Pestaña y Salvador Seguí (el Noi del Sucre). Publicó a los dieciséis años su primera novela, Horas trágicas (1921). Con diecisiete años aparecieron sus primeros artículos en la prensa anarquista, bajo el seudónimo de Blanca Montsan. Fue la más activa componente de la segunda etapa de La revista blanca (1898-1905 y 1923-1936), fundada por sus padres, y contribuyó con novelas cortas a las colecciones también creadas por ellos: La Novela Ideal (1925-1937) y La Novela Libre (1929-1937). Escribió varias novelas de temática feminista, habitual en la época, durante la dictadura de Primo de Rivera: La Victoria (1925), El hijo de Clara (1927), segunda parte de La Victoria, y La Indomable (1928). Ella, no obstante, rechazó el apelativo de feminista y se consideró siempre humanista, pues estimaba que los feminismos estaban conformados desde el resentimiento, y defendió “la transformación de una sociedad injusta y el abandono de una moral y unas preocupaciones que solo han servido para esclavizar a la mujer y desviar a la especie toda”.

Vida política

Se unió a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1923, y en 1931 al Sindicato Único de Profesiones Liberales de Barcelona y a la redacción del periódico portavoz de la CNT, Solidaridad Obrera. Se afilió en 1936 a la Federación Anarquista Ibérica (FAI), el ala más radical de la CNT, y llegó a puestos de máxima responsabilidad en la Guerra Civil. Se opuso al anarcofeminismo libertario de las compañeras Mujeres Libres y a los “Treintistas”, conocidos así por el Manifiesto de los treinta, que defendían la necesidad de un periodo de preparación antes de llevar a cabo la revolución. Se acercaba así a las posturas de Durruti, García Oliver, y Ascaso.

Con reticencias, pero convencida de la necesidad de unir el frente republicano y el movimiento antifascista, aceptó la creación del Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, a propuesta de Lluís Companys, y el cargo de ministra de Sanidad y Asistencia Social en el gobierno de Largo Caballero. El 5 de noviembre de 1936 se convirtió en la primera mujer ministra en España y la segunda en Europa. No obstante, su triple condición de anarquista, mujer y persona ajena a la profesión médica limitaron su acción gubernativa, y confesó preocuparle más “el curso de la guerra y de la revolución que la buena marcha del Ministerio”. Aun con ello, planeó una política alejada de la beneficencia y basada en la ciudadanía y bienestar social de acuerdo a la cual un Consejo Nacional de Asistencia Social agruparía las instituciones benéficas privadas. Creó los Liberatorios de prostitución, que facilitaban la transición hacia otros oficios a las mujeres que lo desearan. Trató, además, de implantar una ley de interrupción voluntaria del embarazo, un organigrama ministerial de inspiración sindical y una política sanitaria preventiva, para lo que favoreció la constitución de un Instituto de Higiene y Alimentación y creó un Comité Nacional de Suministros que centralizara y agilizara la distribución de medicamentos. Gran oradora, de voz fuerte y conmovedora, participó en diversos mítines y conferencias, entre los que destacan los pronunciados en 1937 “El anarquismo militante y la realidad española” y “La Comune de París y la revolución española”. Abandonó el Ministerio el 17 de marzo de 1937, al caer el Gobierno de Largo Caballero y ser apartada la CNT-FAI del Gobierno de la República.

Fue responsable del Departamento de Sanidad de la Comisión de Batallones de Voluntarios en 1939 y trató de organizar, sin éxito, la resistencia frente a las tropas del general Yagüe. Pasó la frontera francesa. Instalada en París, trabajó para la Junta de Ayuda a los Refugiados Españoles (JARE) y para el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE). Fue encarcelada en Périgueux y Limoges, aunque se salvó de la extradición por la posibilidad de un embarazo (su hija Blanca nacería en 1942). Gracias a un permiso obtenido gracias al abogado Berthon, se trasladó a Toulouse en 1945, y se unió allí al Comité Nacional de la CNT de España en el exilio. Dirigió el periódico de la CNT, después rebautizado como Espoir (Tolouse, 1962-1983).

Es representativa de la época que le tocó vivir su obra autobiográfica, entre ella Cien días de la vida de una mujer (1949) y Seis años de mi vida (1978), que retratan su experiencia en la Francia de Vichy; y Mis primeros cuarenta años (1987), testimonio novelado de una época convulsa políticamente, desde su nacimiento, pasando por la dictadura de Primo de Rivera, la II República, la Guerra Civil y la II Guerra Mundial. No abandonó la militancia anarquista aun a pesar de las discrepancias políticas dentro de la organización, crecientes tras el desánimo que provocó el que no se restablecieran las libertades en España como consecuencia de la victoria aliada. Participó en el primer mitin cenetista posterior a la Guerra Civil, en Barcelona en 1977.

Como muchos anarquistas, que quisieron evitar la “trampa” de los pactos en la transición democrática, residió hasta el fin de sus días en el exilio. Sus últimos años los pasaría en un barrio marginal de Toulouse, acompañada de María Anguera, a quien educaron y acogieron sus padres de niña, y de quien ella era inseparable. Así atardecía la vida de una mujer optimista, que luchó por “encauzar las energías hacia el progreso y la superación”, “por ahogar a la fiera, cultivar el espíritu, sanear el cuerpo, elevar la mente, proclamar la bondad” y “mostrar prácticamente la realidad de la evolución”, porque confiaba en la llegada en el mañana de “una sociedad libre, igualitaria y feliz”.

 

(Servicio de Información Bibliográfica)

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Cronología

1905

Nace en Madrid el 12 de febrero.

1928

Se publica La Indomable en La Revista Blanca.

1936

Se une a la Federación Anarquista Ibérica (FAI).

1945

Se traslada a Tolouse y se adhiere al Comité Nacional de la CNT de España en el exilio.

1921

Ve la luz su primera novela, Horas trágicas

1931

Se une a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT)

1936-1937

Ocupa el cargo de ministra de Sanidad y Asistencia Social.

1977

Regresa a España por primera vez tras la Guerra Civil.

1994

Fallece en Tolouse el 14 de enero.

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