Carvajal y Mendoza, Luisa de

Dominio Público

Carvajal y Mendoza, Luisa de

1566
1614
Imagen
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Lugar de nacimiento
Jaraicejo
Lugar de fallecimiento
Londres
Categorías
  • Ensayistas y prosistas
  • Poetas
  • Religiosos
  • Viajeros

Poeta mística del siglo XVII, Luisa de Carvajal y Mendoza, nace en Jaraicejo (Cáceres) y se configura a lo largo de su vida como una verdadera agitadora religiosa en una Inglaterra ya protestante. 

Pertenece a dos de las familias principales de la Extremadura del momento: por un lado, es hija de María de Mendoza y Pacheco; por otro, su padre no es otro que Francisco Carvajal y Vargas, corregidor en León, donde Luisa pasa su primera infancia.

Tristemente, queda huérfana a los 6 años de edad, encargándose de ella su tía María Chacón, quien, como aya del príncipe don Diego, vive en Palacio. Debido a ello, la autora es compañera de juegos de las infantas durante cuatro años. 

El padre, a su muerte, –bajo la condición de ordenarse monja–, le lega una suma como dote, que es hasta siete veces mayor si esta decide casarse. Desde los quince años, manifiesta su deseo de no hacer ni una, ni otra; pero le conmueve el martirio de Edmundo Campiano (1581), –un jesuita que despliega gran actividad religiosa en contra de la inglesa anglicana–, y llega a Londres con la idea de difundir, de nuevo, la fe católica. Primero, no obstante, se le sugiere que pida consejo a “personas doctas”, y así lo hace con Luis de la Puente y Lorenzo da Ponte. Ninguno de ellos le prohíbe el viaje. 

Desde la ciudad del Támesis escribe hasta 150 cartas que configuran un Epistolario de gran interés histórico para comprender los episodios más relevantes de las guerras de religión inglesas que Luisa de Carvajal vive de primera mano. En las cartas, por ejemplo, se hace mención a la legislación que impone Isabel I en materia de fe: entre las que se encuentran que tanto decir misa, como albergar sacerdote, serán delitos que podrán ser castigados con la muerte. Otra ilustración de lo anterior es el caso que recoge sobre un católico que había sido multado con 50.000 ducados por no asistir a los cultos protestantes. 

Una vez allí, vende su hacienda por unos 24.000 ducados de la época y funda en Lovaina (en la actual Bélgica), con ellos, un noviciado de misioneros que predicarán en Inglaterra para la Compañía de Jesús. 

Será encarcelada hasta en dos ocasiones por sus tesis contra el protestantismo, pero le valdrán la protección del embajador Pedro de Zúñiga, en una primera ocasión; y del Conde de Guiomar, en una segunda, para poder salir de su cautiverio. En su empeño pro-católico seguirá, pese a las consecuencias, con sus predicaciones y asistiendo a otros creyentes que habían sido procesados por ello. 

Finalmente, mientras se protege de ser detenida de nuevo en la casa de Diego Sarmiento de Acuña, conde de Gondomar, muere en 1614 debido a su ya quebrantada salud. Antes, en una última carta al Duque de Lerma ya le habría contado sobre sus tremendos dolores. Sus restos llegan a Madrid en agosto de 1615, siendo enterrada en el Real Monasterio de la Encarnación. 

En cuanto a su obra, esta se compone de 50 poesías y 180 cartas. A propósito de su trabajo lírico, se sirve de tradiciones anteriores (séase: la literatura bucólica clásica, la petrarquista, los propios pasajes bíblicos y, como no, la poesía mística que le es contemporánea) para componer unos poemas de temática religiosa en donde se realza su propia relación de amor místico con Dios. Así, se repiten imágenes de este movimiento como el “vivir-sin vivir”, el “matrimonio entre Cristo pastor y el alma pastora”; o la asimilación de la vida como una “guerra” o “cárcel”, y el alma como un “jardín”.

Otra característica del poema místico es cómo en su redacción puede observarse de qué manera la autora pretende seguir siempre la estructura comunicativa básica en la que un emisor transmite un contenido a un receptor. Es decir, siempre se dirige a alguien –ya fuere Dios, u el propio lector al que pretende infundirle su credo personal. 

Respecto a la recepción de su epistolario, formado por cartas de diversa extensión que dirige a compañeras religiosas, padres jesuitas o personajes varios de la nobleza española (incluso al rey), permite al lector adentrarse en la situación de la Inglaterra de principios del siglo XVII. La autora propone algunas medidas que, a su juicio, deberían tomarse para enmendar tal cuita; y visualiza las persecuciones sufridas por los católicos en el territorio. Sin embargo, además, no es sino la mejor de las maneras para comprender la vida interior de Luisa de Carvajal y Mendoza, y su espíritu tenaz por llevar a cabo la que creía la mejor causa. 

Así, la lectura del mismo nos llevará a poder conocer cuáles fueron las amistades más acérrimas del personaje (entre ellas, Roberto Persons, Antonio Hoskins, Jose Creswell o los hermanos de San Enrique Walpole: Ricardo, Miguel y Cristóbal), o las actividades emprendidas en su lucha ideológica. En este sentido, en diversas cartas describe, por ejemplo, de qué manera asistía a misas clandestinas o cómo, en hacer visitas a los presos cristianos, encontraba un “notable consuelo”, mientras los persuadía de que no abandonasen su causa. 

(Servicio de Información Bibliográfica)

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Cronología

1566

Nacimiento en Jaraicejo

1602 – 1605

Estancia en Valladolid para la recuperación de su herencia

1608

Primer encarcelamiento

1614

Muerte en Londres

1593

Voto de pobreza, obediencia, perfección y martirio

1605

Marcha a Londres, vía París y Bruselas

1613

Segundo encarcelamiento