Carrera profesional

Ejerce como profesor auxiliar en la Escuela de Caminos de Madrid y funda con sus compañeros de estudios una academia de preparación para el ingreso en la Escuela de Caminos. Trabaja en la jefatura de Obras Públicas de Valencia, dirige la construcción de canales en Murcia y regresa a Madrid para trabajar en el Ministerio de Fomento.

En 1891 se produce un cambio en el ámbito de su trabajo y entra en la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Cáceres y Portugal, donde realiza numerosas obras. En 1904 ocupa el puesto de director adjunto en la empresa de ferrocarriles más importante del país, la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, encargada de electrificar variados tramos de la red ferroviaria española a partir de 1918.

En 1919 Félix Boix pasa a dirigir el Canal de Isabel II y bajo su dirección la empresa recibe la Medalla de Honor en el Congreso de Medicina e Higiene. Vuelve, sin embargo, a su anterior destino la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España en 1920 como administrador director; colabora con el Consejo Superior de Ferrocarriles y la Asociación Internacional de los Congresos de Ferrocarriles.

El arte es objeto también de su interés, lo que le lleva a colaborar en la revista Arte Español con “La litografía en España” (1925) y en la Sociedad Española de Amigos del Arte con “Exposición de dibujos , 1750 a 1860” (1922). En 1925 ingresa en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Es también vocal del Patronato del Museo del Prado y del de Protección del Tesoro Artístico Nacional.

Coleccionista y donante

Destaca también por su dedicación al coleccionismo desde 1894; consecuencia de ello es la interesante donación que hace en 1927 de porcelanas, estampas, fotografías, óleos y cerámicas para la formación del Museo Municipal de Madrid inaugurado en 1929. Buena parte de esa donación proviene de la exposición “El Antiguo Madrid” realizada en 1926 y de la que Boix fue un gran impulsor.

Su colección bibliográfica se componía de libros raros y antiguos, libros de horas y de los siglos XVI y XVII sobre todo. De temas varios, pero en general de autores españoles. Como ejemplo, quince ediciones distintas de El Quijote, un ejemplar único de La Celestina de 1502, primeras ediciones del Arte de la Pintura de Francisco Pacheco, El Parnaso de Antonio Palomino, un manuscrito encuadernado del tratado de pintura de fray Juan Ricci…

Fallece el 11 de mayo de 1932 en Madrid en el ejercicio de su profesión en la Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España. La ciudad de Madrid honra su nombre con una calle y un busto en bronce le recuerda en el Museo del Ferrocarril de Madrid.

(Servicio de Información Bibliográfica)