Acuña y Villanueva, Rosario de
Acuña y Villanueva, Rosario de
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A caballo entre dos siglos transcurrió la vida de esta mujer polémica, valiente, libre-pensadora y de espíritu crítico, muy admirada y leída por unos y denostada y marginada al mismo tiempo por otros de sus contemporáneos. De pensamiento avanzado para la época, abogaba por la igualdad de la mujer frente a la proclamada superioridad del hombre. Defensora fiel del valor de la educación y del laicismo en las instituciones del Estado.
Amante y defensora de la vida del campo y la naturaleza. En sus escritos hizo a menudo mención a los animales, indignada del maltrato que se les daba en España. Hija única de una familia acomodada, recibió una educación personalizada y poco convencional de la que se impartía por aquel entonces a las mujeres, con motivo de un problema de visión que padeció hasta los 25 años. Heredó el título de condesa pero nunca lo utilizó.
Comenzó a colaborar en publicaciones periódicas con apenas 23 años. El argumento de su primer drama Rienzi el tribuno (1876), fue ideado durante su estancia en Roma cuando visitaba a su tío en la embajada de España en Roma. Escrito con apenas 25 años, fue muy bien acogido por el público así como por escritores de la talla de Echegaray, Campoamor o Alarcón y también por la prensa de la época: El Imparcial, El Tiempo, La Ilustración Española y Americana, La Ilustración de la mujer, o la Revista de España, se hicieron eco de su calidad literaria. Ese mismo año preparó el volumen de poemas más extenso y titulado Ecos del alma. Ya casada y residiendo en Zaragoza publicó Amor a la patria (1877) bajo el seudónimo de Remigio Andrés Delafón, y cuyo manuscrito se conserva en esta Biblioteca Nacional, del que solo hubo dos representaciones. Tribunales de venganza (1880), su nuevo drama fue estrenado en Madrid en el Teatro español pero no tuvo en cambio la acogida del público que esperaba. El Padre Juan, su cuarto estreno teatral en 1891 obtuvo por el contrario un éxito rotundo y tuvo que salir a saludar varias veces al público. Pese a todo al día siguiente fue prohibida su representación.
Rosario de Acuña y la prosa
En cuanto a la prosa en 1881 publicó Tiempo perdido y en 1882 La siesta, recopilación de artículos en los que proporcionaba ideas para mejorar la vida y la salud de la mujer mediante el trabajo y la higiene pues era una seguidora acérrima de las ideas de las corrientes naturalistas e higienistas. Cuando vuelve a Pinto se da cuenta del retraso y la ignorancia de la gente del pueblo. En sus artículos sobre la vida del campo siempre fue muy realista, no idealizaba la vida en ellos y siempre abogaba por la instrucción como medio de erradicarla. En 1882, un periodo muy importante y decisivo para ella, comenzó a colaborar en El Correo de la Moda, dirigida primero por Ángela Grassi y luego por Joaquina Balmaseda. En 1884 su separación matrimonial es ya un hecho aunque hay que reconocer que pese a todo, en los años que duró su matrimonio tuvo una actividad literaria intensa. Fue la primera mujer en ocupar la tribuna en el Ateneo de Madrid en 1884, y este hecho quedó reflejado con cierta polémica en la prensa de la época. En muchas ocasiones ha sido comparada con Gertrudis Gómez de Avellaneda
Rompió con las normas sociales establecidas a raíz de la muerte de su padre al que estaba muy unida y de la separación de su esposo al poco tiempo de casarse, en una carta que publicó en Las Dominicales del libre pensamiento en diciembre de 1884.
Para ella prevalecía su sentido de la libertad por encima de las convenciones sociales. Al año siguiente ingresó en la Masonería, en la logia Constante Alona de Alicante.
Comenzará entonces una nueva vida y nuevas amistades. Es ahora cuando conoce al que será su heredero y compañero fiel en las próximas tres décadas, Carlos de Lamo Jimenez, abogado y educado también en las ideas de la Ilustración y de la Institución Libre de Enseñanza. Abandona Madrid después de que la aristocracia madrileña le diera la espalda y vuelve al campo, a Cueto (Cantabria). De su estancia en Santander quedó su colaboración con el Cantábrico y el haber obtenido la medalla de plata en la Exposición Internacional de Avicultura por los ejemplares de gallinas y gallos de la granja experimental avícola que había montado en Cueto. Consideraba que estas pequeñas explotaciones agrícolas podían ser una fuente de riqueza para las mujeres campesinas. La Avicultura actual le debe mucho a sus novedosos planteamientos respecto a la selección y cría de las aves. en el periódico El Noroeste. Fue enterrada siguiendo sus instrucciones dejadas en su testamento en el cementerio civil de Gijón con una lápida sencilla y un ladrillo con sus iniciales. Su última vivienda, el Cervignón fue adquirida por el Ayuntamiento de Gijón con fines culturales lo que seguramente le hubiera gustado a la propia Acuña.
La tarea de publicar póstumamente toda su obra fue en realidad de la Hermana de Carlos, Regina de Lamo Jimenez, a quien Rosario siempre estuvo muy unida. Terminará fundando la Editorial Cooperativa Obrera para poder llevar a término esta iniciativa aunque no lo consiguió. Solo se publicó el primer volumen, por lo que quedó inacabada la tarea de reunir todos sus escritos, tanto cartas como los artículos publicados en los diferentes periódicos con los que colaboró. A diferencia de sus poemas juveniles dados a conocer a través de la prensa, en su madurez se sabe que siguió escribiendo poesía pero no quiso publicarlos y se conocen póstumamente.
En los últimos años ha vuelto el interés sobre su persona y se han editado incluso algunos textos inéditos. Una de las últimas ediciones más completas de su obra es la publicada en Gijón en cinco volúmenes del 2007 al 2009 coeditada por el Ayuntamiento de Gijón, el Instituto asturiano de la mujer y Cajastur, con el título de Obras reunidas, en las que se recogen sus artículos desde 1881-1923, Cuentos, cartas y teatro y por último la Lírica, testamento y textos en prosa.
*1850: Archivo Histórico Diocesano de Madrid. Sección Parroquias. San Martín. Libro 72 de Bautismos, Fol. 171 vuelto
(Servicio de Información Bibliográfica)
Cronología
Escribe su primer drama Rienzi el tribuno
El Padre Juan, su cuarto estreno teatral en 1891 obtuvo por el contrario un éxito rotundo
- Fernández Morales, Marta. Rosario de Acuña : literatura y transgresión en el 'fin de siècle'. - Oviedo : Asociación Milenta Muyeres ; [Gijón] : Ayuntamiento de Gijón, 2006. - 114 p. ; 24 cm9/276883
- Fernández Riera, Macrino. Rosario de Acuña en Asturias. - Cenero (Asturias) : Trea, [2005]. - 246 p. ; 24 cm. - (Colección varia) 9/268912
- Fernández Riera, Macrino. Rosario de Acuña y Villanueva : una heterodoxa en la España del Concordato. - 1ª ed.. - [Gijón] : Zahorí, 2009. - 476 p. ; 23 cm12/650835
- González Neira, Aquilino. Rosario de Acuña : Masonería y anticlericalismo burgués. - Oviedo : Eikasia, [2005]. - 417 p. ; 20 cm 9/273798
- Catálogo BNE
- Mujeres en la historia
- Proyecto ensayo hispánico
- Fernandez Riera Macrino
- Obras en formato EPUB de Rosario de Acuña en la Biblioteca Digital Hispánica