José María Millares Sall (Las Palmas de Gran Canaria) nació en el seno de una familia de artistas e intelectuales republicanos. Hijo del poeta y dibujante Juan Millares Carló y la pianista Dolores Sall, muy pronto se dedicó a la música, la pintura y, sobre todo, a la palabra. En 1946 publicó sus primeros poemarios A los cuatro vientos y Canto a la tierra. 

En 1947 colaboró en la arriesgada Antología cercada, reconocida por Vicente Aleixandre como pionera de la poesía social en la posguerra española. Un año más tarde preparó una nueva entrega, Liverpool. Para publicarla fundó, junto con sus hermanos, la colección Planas de poesía (1948-1951), en la que colaboraron artistas del momento hasta que se produjo una intervención policial y sus responsables fueron detenidos.

En 1956 se trasladó a Madrid donde mantuvo su incesante actividad creadora. Frecuentó las tertulias literarias en los sótanos de la librería Ínsula, junto a poetas como José Hierro, Leopoldo de Luis o Gabriel Celaya, quien calificó su poesía como "alentada por esa hermosa cólera de la verdad", en tanto que Max Aub lo incluyó en su antología Una nueva poesía española.

En los años siguientes se dedicó a la preparación de libros artesanales, que firmó en ocasiones con el seudónimo de Juan Martín el Empecinado. Asimismo compuso la letra y música de canciones como Campanas de Vegueta o De belingo.

Refundó la colección Planas de poesía con la intención de sacar a la luz un inédito que conservaba desde hacía años, Ritmos alucinantes. A partir de Hago mía la luz (1977), que apareció en la colección Paloma Atlántica, sus publicaciones se sucedieron, y fue reconocido con el Premio Canarias de Literatura. Sus últimos poemarios, Esa luz que nos quema y Cuadernos (2004-2009), se publicaron tras su fallecimiento en septiembre de 2009. Por esta última obra recibió el Premio Nacional de Poesía 2010 a título póstumo.
 

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