España en el Mundo

Del autor de las cantigas, Martin Codax, apenas sabemos nada. Parece que se trató de un juglar o “segrel” al que se le presupone una educación propia de los círculos clericales o aristocráticos, lo que se refleja en el refinamiento de su texto.

En cuanto a la fecha de composición de las cantigas podemos situarla a partir de la segunda mitad del siglo XIII. La música escrita en notación cuadrada cuenta con ligaduras muy similares a las Cantigas de Santa María por lo que se piensa que su creación fue próxima en el tiempo.

Escritas sobre pergamino por una sola cara a cuatro columnas, se trata de las únicas cantigas profanas gallego-portuguesas de la Edad Media que han llegado hasta nosotros y que cuentan con notación musical. Para algunos estas características confirman la tesis según la cual los poemas trovadorescos se entregaban a los oyentes por los propios trovadores en hojas volantes.

Sus siete poemas pertenecen a la categoría de “cantiga de amigo” y tienen como nexo la ciudad de Vigo y el mar. De la música que acompaña sólo se conserva la de seis poemas. Las repetidas referencias a Vigo que aparecen en los poemas sugieren un lazo especial con esta localidad o su actividad profesional y acentúan el carácter localista de este tipo de composiciones.

El manuscrito original donde se conservan estas odas fue descubierto por el librero Pedro Vindel en 1914, al desencuadernar un volumen con la obra De officiis de Cicerón que tenía en su librería. El pergamino fue adquirido por el musicólogo Rafael Mitjana para su estudio, pero su muerte en 1921 puso fin al proyecto y quedó en su biblioteca en Uppsala hasta que, vendido por sus herederos en 1977, lo adquirió la Pierpont Morgan Library de Nueva York.