La asombrosa y enciclopédica Expedición de Malaspina

Imposible resumir en unos párrafos, esta notabilísima expedición, que lo ha sido tanto por sus logros científicos, artísticos y políticos como por el silencio en que se sepultaron sus trabajos en los archivos hasta que los modernos historiadores de la ciencia la han sacado a la luz. A Alejandro Malaspina se le ha comparado con Cook, La Pérouse y Humboldt.

Noble italiano, oficial de la Armada y súbdito de la Corona española, en 1789 se puso al frente de una ambiciosa expedición compuesta por dos corbetas y una tripulación de 204 seleccionados tripulantes, entre ellos tres naturalistas (Pineda, Haenke y Neé), seis dibujantes y un cartógrafo. Otros nombres: Bustamante y Guerra, Espinosa y Tello, Felipe Bauzá. Los objetivos científicos son realizar levantamientos cartográficos, los estudios etnográficos y de historia natural, y realizar informes sobre tráfico portuario, comercial y la producción económica. Los objetivos políticos eran secretos: el estado del imperio y la actitud de la población. Ambas fragatas eran dos laboratorios flotantes, equipadas con el más moderno material científico. Solamente fue inadecuada la fecha: pocos días antes de partir había estallado la Revolución Francesa, cambio de ciclo que a la vuelta de la expedición tuvo sus consecuencias.

En los cinco años que duró la expedición recorrieron la costa americana: Montevidéo, Malvinas, cabo de Hornos, Concepción, Santiago de Chile, América Central, México, llegando hasta Alaska. Pusieron fin al mito del paso del Noroeste. Desde Acapulco partieron las dos corbetas hacia el Pacífico para un viaje de año y medio: Nueva Zelanda, Australia, Filipinas. Regresaron al Callao y la expedición se dividió: un grupo llegó al Atlántico cruzando los Andes y otro doblando el cabo de Hornos. En 1794 regresaron a Cádiz.

Allí donde estuvieron realizaron todo tipo de observaciones científicas: astronómicas, geográficas, etnológicas, lingüísticas botánicas, zoológicas, cartográficas y de exploración. Acumularon una gran cantidad de información. La expedición había cumplido gran parte de sus objetivos: la colección de cartas hidrográficas, observaciones sobre la gravedad y el magnetismo terrestre, inspección de minas, herbarios, colección de minerales y animales, materiales etnográficos e iconográficos, informes económicos…: levantaron un mapa del imperio hispánico. En la corte, Malaspina presentó un informe político confidencial favorable a la concesión de una amplia autonomía para los virreinatos, mientras se dedicaba a preparar una gran obra sobre los resultados de la expedición. Una intriga política de Godoy terminó en el procesamiento y condena de Malaspina a diez años de cárcel en 1796. Liberado en 1803, murió en Italia en 1810. Los materiales de la expedición se dispersaron y sepultaron en los archivos. Hoy, sin embargo, su nombre y los de sus acompañantes son recordados en la toponimia de medio mundo.