Los primeros años de un poeta. Miguel en Orihuela

Para quienes nacimos pocos años después de la muerte de Miguel Hernández y vivimos nuestra adolescencia y primera juventud en la década de los sesenta, el conocimiento de su vida y de su obra fue una sucesión de sorpresas que se nos iban presentando al margen de las aulas, pero no lejos de ellas. Antes que de su vida, nos enteramos de su muerte, que había sucedido en un lugar que, quienes vivíamos en Alicante, habíamos visto: una prisión de aspecto terrible que no estaba lejos de donde nos encontrábamos. El edificio, gris, con gruesos muros y garitas en las torretas, se levantaba al final de barrio de Benalúa, allí donde entonces venía a terminar la ciudad y comenzaba la carretera del cementerio.

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