La biblioteca de Usoz nos permite tener una amplia visión del personaje a través de sus libros y constatar que no solo estamos ante la librería de un heterodoxo, sino frente la colección de uno de los más importantes eruditos del siglo XIX en España, del que hay que destacar sus intereses filológicos, su empeño por recuperar a los autores olvidados en los romanceros tradicionales y su bibliofilia puesta al servicio de la investigación propia y ajena.
La devoción de Usoz por el estudio de las lenguas, clásicas y modernas, se inició en su época de colegial y le acompañó toda su vida. Llegó a ser catedrático de Hebreo en la Universidad de Valladolid , además de impartir clases gratuitas de esta materia en el Ateneo madrileño, donde entró en contacto con los arabistas Serafín Estébanez Calderón y Pascual de Gayangos y con el bibliógrafo Bartolomé José Gallardo, con los que compartió sus aficiones lingüísticas y la preocupación por la recuperación del Romancero.
La colección de Usoz confirma la faceta de filólogo a través sus numerosas gramáticas, diccionarios y textos sagrados en todo tipo de lenguas y dialectos. Entre los manuscritos son abundantes las notas y apuntes relacionados con las lenguas griega, latina y hebrea, a lo que hay que sumar sus notas sobre el caló, el etrusco, el sánscrito, el godo, etc., siendo también destacable su interés por las lenguas peninsulares, lo que le llevó a abordar trabajos como sus Papeletas de voces castellanas, la recopilación de Voces gallega, el Diccionario de la jerga o latín dos canteiros gallegos o las notas y traducciones sobre la lengua vascongada.