En los años finales del siglo XV y primeros del XVI, Durero hace numerosos dibujos de paisajes, animales y figuras con numerosos estudios del cuerpo humano. Para conseguir las proporciones ideales se basa en sus propios estudios y en los de Vitrubio, Alberti y Paccioli. Por otra parte, el artista se preocupa por asuntos relacionados con el humanismo y con los aspectos que interesan al círculo erudito que frecuenta en Nuremberg, a través de su amigo Pirckheimer. Realiza en esos años varios grabados mitológicos como Némesis, Amymone, Apolo y Diana…y alegóricos, como La ociosidad o El sueño del doctor. En 1502 fallece su padre, Albrecht, con quien estaba muy unido y continúa con sus pinturas, dibujos y grabados. En esos años, 1502/03, comienza las xilografías de La vida de la Virgen, que terminará después de regresar de Italia, en 1510/1511, lo mismo que los grabados de La Pasión grande.
En 1504, realiza el famoso buril de Adán y Eva, que significa la culminación de sus estudios de las proporciones del cuerpo humano y de la búsqueda de prototipos ideales de hombre y mujer. Un año más tarde, emprende su segundo viaje a Italia. En este viaje visita Venecia, donde denuncia al grabador Raimondi que había copiado sus estampas de La vida de la Virgen y se relaciona con personas importantes que le encargan varias pinturas. En este segundo viaje recibe además la influencia de los artistas florentinos, como se verá en su pintura del Altar Heller.