El fracaso del proyecto de Arias Navarro condujo a su sustitución por el Rey, quien designó a Adolfo Suárez. Aunque de otra generación, su pasado también estaba unido a la dictadura. Los dibujantes reflejan y se unen a las críticas recibidas por Suárez desde la oposición.
El proyecto de reforma del régimen desde sus propias leyes, impulsado por el Rey y Suárez, se enfrentó tanto a las propuestas continuistas de la dictadura, simbolizadas por un “bunker”, como a las de ruptura con la misma, exigidas por la oposición democrática. Fue aprobado en las Cortes y luego por referendum (en diciembre de 1976), con mucho apoyo popular, obteniendo la necesaria legitimidad.
La oposición democrática, previa aceptación por el gobierno de parte de sus demandas, aceptó concurrir a las elecciones generales. Los exiliados regresan, todos los partidos fueron legalizados y el 15 de junio de 1977 los españoles eligieron libremente a sus representantes.