Se considera fondo moderno aquellas obras publicadas desde 1820-1830 en adelante, momento de transición en que los libros dejan de producirse en la imprenta manual y pasan a realizarse industrialmente.
No obstante, la adquisición de obras «patrimoniales» no se limita a los documentos antiguos e incluye también piezas del siglo XX, especialmente aquellas editadas antes de 1957, fecha de aplicación de la Ley de Depósito legal, así como las de autores españoles realizadas fuera de España o aquellas que no ingresaron en la Biblioteca Nacional de España por diversas circunstancias.