El 26 de Agosto de 1896 estalló en Filipinas la revolución contra el régimen colonial. Llevaba tiempo anunciándose. A lo largo del XIX, había habido múltiples manifestaciones del descontento popular, que habían tenido protagonistas, orígenes y desarrollos diversos. En las décadas de 1880 y 1890 fueron los ilustrados filipinos quienes abanderaron buena parte de las protestas y reclamaciones.
Entrados los años noventa, esos movimientos fueron proseguidos por un grupo de bases sociales más amplias, los katipuneros, liderados por Andrés Bonifacio. De ideas más radicales, pretendían una completa independencia política, y no renegaban del uso de la violencia para lograr los fines deseados.