Casi un siglo después de su muerte los jurados de Valencia encargaron a uno de los artistas más importantes del renacimiento español, el valenciano Vicente Juan Masip ( La Font de Figuera, 1523- Bocairent,1579), conocido como Juan de Juanes, un retrato del monarca, que concluyó en 1557. Su fin era dárselo a don Carlos, infante de Aragón. En el retrato, de vivos colores rafaelescos, se aprecia la conjunción del carácter del Magnánimo, al que se representa con los símbolos de rey, la corona; de guerrero, el casco, la cota de malla y la armadura, de la época de Carlos V, además de tener su mano izquierda en la empuñadura; y de hombre de letras, un libro.
Los romances circulaban y se transmitían de forma oral con variantes, lo que ha propiciado su anonimato, si bien en ocasiones se asentaban por escrito, como sucede con algunos en el citado Cancionero de Estúñiga o en el Cancionero musical de Palacio ( hacia fines del XV y principios del XVI). Fue la imprenta la que multiplicó su difusión. La primera conocida se publicó en Barcelona hacia 1520, pero la más importante, sin duda, fue la del Cancionero de romances, publicado en Amberes por Martín Nucio hacia 1547 o1548, con algo más de ciento cicuenta romances. Su éxito, debido al contenido y a su formato de "bolsillo", animó, en 1550, al mercader de libros Italianos establecido en Medina, Guillermo de Miles (o de Milis), a publicar los Romances siguiendo por completo su precedente, salvo que suprime el prólogo de Nucio en que explicaba que hacía el libro para el entretenimiento, que lo elaboró recopilando romances a partir de distintas fuentes y que lo ordenó por contenidos.