La expulsión y el exilio

A partir de las conversiones forzosas en los distintos reinos cristianos en el primer tercio del s. XVI, la situación de los moriscos se fue agravando “en esta tierra y en esta isla de España”, especialmente tras la Guerra de Granada en 1568, motivada en gran parte por los decretos que privaban a los moriscos de sus trajes y bailes y costumbres.

Por ello, algunos moriscos habían decidido partir en busca de nueva patria ya antes de la expulsión, como revela el itinerario de fuga que se muestra aquí, en el que se recomienda a los viajeros moriscos preguntar en Venecia por los judíos sefarditas y pasar por Salónica, revelando una colaboración estrecha entre las dos comunidades perseguidas. Sin embargo, en general la resistencia a marcharse fue grande, como indica esta anotación en las guardas de uno de los libros de la exposición: “Nosotros no partiremos, antes morremos, que por ese paso vamos”.

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