MERCEDES GARCÍA-ARENAL [Centro de Ciencias Humanas y Sociales. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid]
Desde que las Cortes Valencianas prohibieron el uso de la lengua árabe hablada y escrita en 1564, y Felipe II hizo lo mismo en virtud de un decreto de 1567 para los territorios de la Corona de Castilla, la Inquisición se lanzó a la busca y captura de toda huella de lengua árabe, escrita o hablada, indefectiblemente identificada con la práctica del islam. De hecho, los archivos de la Inquisición contienen información detalladísima acerca de la lengua y del escrito en árabe en los procesos, en las relaciones de causa, en los informes de las visitas y confiscaciones, en la documentación producida por los diversos intérpretes de árabe que tuvo la Inquisición, algunos tan famosos y reputados como Jerónimo Mur de Valencia o Alonso del Castillo de Granada, las dos regiones moriscas donde el uso del árabe se mantuvo generalizado hasta la Expulsión de 1609.