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Colegios especiales

En general, en España predominó un sistema educativo para sordos en manos de oyentes, siguiendo un método oral puro, puesto que el sistema de signos o gestual había fracasado en países como Francia y se creía obsoleto. No obstante, comenzaron a surgir por toda la geografía española centros especiales públicos entre 1861 y 1873: Alicante, Santiago de Compostela, Burgos, Salamanca y Sevilla. Otras ciudades requirieron de la iniciativa privada como fue el caso de Valencia, que abrió sus puertas en 1866 y Zaragoza que hizo lo propio en 1871. Ya en el siglo XX, Madrid contó también con el Colegio de la Purísima para niños sordos, abierto en 1907, gracias a la Congregación de Religiosas Terciarias Franciscanas, que abrieron otros dos centros iguales en Granada y Zaragoza. Todos ellos enseñaron a las personas sordas a través del método oral puro hasta épocas muy recientes.