Al igual que en otros países, en España el jazz ha inspirado a creadores de todo tipo más allá del mundo de la música. En el ámbito propio de la Biblioteca Nacional esa influencia es constatable en una gran cantidad de obras literarias: desde la inconfundible prosa de Ramón Gómez de la Serna, que proclamó su entusiasmo con el rostro embetunado, hasta numerosos poemarios, textos dramáticos, novelas con ambiciones artísticas y literatura de consumo. Incluso hay poetas allegados al género que han ofrecido recitales con música de jazz en directo.

Pero a las bibliotecas también llegan ejemplos de la fecunda relación del jazz con las artes plásticas. La revista Dau al Set fue un importante testimonio de ello. Y las colecciones de la Nacional custodian litografías y grabados de temática jazzística. Por otra parte, algunos fotógrafos aficionados al género han recogido sus trabajos en forma de libro.

El cómic adulto, relativamente reciente en nuestro país, se ha aproximado al jazz tanto en forma de libro como de la mano del cine. Y si de cine hablamos, un par de piezas recuerdan aquí que la relación entre jazz y cine en España viene de antiguo.